El título completo
del libro es “Los hijos tiranos. El Síndrome del Emperador”, autor Vicente
Garrido Genovés, Editorial Ariel, S. A., 4ª Edición, 187 páginas. La obra
consta de ocho Capítulos, Epílogo, Notas y Notas bibliográficas.
Como ya saben, el
Síndrome del Emperador, es una perturbación del comportamiento de los niños. Tal
comportamiento comienza en casa, cuando los chicos empiezan a desafiar a sus
padres, y posteriormente lo hacen con todo el mundo. Esta perturbación hace
creer a los menores que tienen autoridad sobre las personas que les rodean.
Este comportamiento
proviene casi siempre de los padres que dan a sus hijos todos los caprichos. En
el caso de que estos caprichos no se satisfagan, acaban enfureciéndose, dando
lugar en muchas ocasiones a ataques tanto verbales como físicos, convirtiéndose
en auténticos tiranos.
Nos dice el autor
que la juventud en general exige derechos, pero de los deberes y obligaciones,
nada de nada, amén de carecer de todo sentido de culpa. Recomienda que desde
que los hijos son pequeños, se deben de poner límites y condiciones a sus
pretensiones y exigencias
En las páginas 73 y
74, dentro del Capítulo 4 intitulado “El síndrome del Emperador”, se
lee:
“Fernando, de 17
años, entró en su casa el 15 de julio de 2001con una idea muy definida. Había
esperado pacientemente que su padre se marchara a trabajar. Su vida hasta ahora
estaba dedicada a pasarlo bien, no quería seguir padeciendo estrecheces. Se
dedicó a registrar la casa, en busca de dinero. Pero tenía que hacer algo más. Entró
en la habitación de su madre; ella estaba plácidamente durmiendo. Llevaba dos
cuchillos y una espada ciertamente grande, y entonces la atacó mortalmente: le
hundió la espada en la cabeza, y le clavó los cuchillos en el cuerpo, ‘sin que ésta
pudiera llegar a reaccionar’, de acuerdo con la sentencia”.
Sin comentarios.
En el siguiente
párrafo, se lee:
“Los emperadores de
Roma podían decidir sobre la vida y la muerte con sólo levantar o bajar el
pulgar, y sabido es que se creían representantes de los dioses en la tierra. Su
voluntad tenía que ser respetada, de lo contrario su cólera estaba asegurada”.
En fin, recomendamos
leer este magnífico libro, sobre todo a los educadores de ciertos colegios de
lo políticamente correcto.
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