La descentralización del Estado

Ya hemos comentado muchas veces que los cánceres económicos que padecemos en España, son las autonomías, la monarquía, el senado y las subvenciones a los sindicatos. Probablemente, por no decir con toda seguridad, el cáncer autonómico sea el peor porque, entre otras cosas, ha traído la descentralización del Estado.

Esto ha creado una casta política corrupta que sólo mira para el panel ideológico, sin importarle lo más mínimo el bienestar de la población. Por todos los sitios se ven momios, canonjías, y sinecuras, a la par que enchufes, amiguismos, etc., que colocan a sus camaradas en puestos relevantes sin tener ni idea de nada, dotándoles de sus correspondientes coches oficiales, dietas, nóminas y demás prebendas de la citada casta política.

Otra asunto de verdadero asco, es ver como esta administración hipertrofiada despilfarra y derrocha ingentes cantidades de dinero para la financiación de partidos políticos.

Esto hace pensar que la terrible situación económica por la que atravesamos, pudo haber sido generada por esa casta política.

Dicha situación es poco menos que desesperante. Ahí van tres de detalles: para pagar los intereses de la deuda, se precisan miles de millones de euros que, obviamente, serán detraídos de los presupuestos generales del Estado, en detrimento de prestaciones sociales, que a su vez llevará al aumento de la presión fiscal tanto a empresas como a personas, disminuyendo el poder adquisitivo. La ruina, vamos. Otro detalle es que el aumento gigantesco del paro. Y el tercero es la pérdida de miles y miles de personas afiliadas a la Seguridad Social. Pero, claro, oiga, “saldremos más fuertes”. De llanto, o de risa.



Mientras el Estado no recupere competencias, y éstas sigan, como hasta ahora, en manos de estos reinos taifas autonómicos, seguiremos hipotecados durante mucho tiempo.

Y hacemos la pregunta por enésima vez: ¿por qué no se hace un referéndum para ver si el pueblo soberano quiere seguir con la monarquía y el sistema autonómico? La desconfianza que tenemos los españoles sobre estos asuntos es notoria, pero no muy pública.