El populismo

El populismo fue, y es, un arma de la izquierda que se inculca en la mente del “pueblo soberano”, que no se da cuenta que, a pesar de las peroratas de sus gerentes, el populismo es contrario y enemigo de las libertades.




Por otra parte, los populistas son unos fanáticos defensores del Estado, haciendo que éste esté por encima de las personas, cuando tenía que ser al revés. La tolerancia y el pluralismo brillan por su ausencia. Para eso está el igualitarismo, oiga.


Otro asunto del populismo son las mentiras y falsedades que propaga para mantener a dicho “pueblo soberano” en la ignorancia y en el atraso, llevándolo a la indigencia y penuria, como quedó demostrado en la destartalada URSS, en Cuba, en Venezuela, etc.

Los profetas populistas hablan y hablan de colectivos, de ciudadanía, de la voluntad del pueblo, de la gente, etc, pero jamás dice nada de la persona o del individuo como base y soporte de toda sociedad normalmente constituida. Hablan también de la pobreza, pero lo único que hacen es extenderla.


Como ya saben, actualmente se habla de repúblicas bolivarianas. Pues bien, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco, popularmente conocido como Simón Bolívar, dijo en su día que  “Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción”. En este aspecto sí que tenía razón.


En fin, lo importante para los populistas es que el “pueblo soberano” mire, pero sin ver; que oiga, pero in escuchar; decir lo que sabe, pero sin saber lo que dice, amén de mirar para el panel ideológico que le dice lo que tiene que decir. Y así llegamos a la situación actual: mentes ignorantes, obnubiladas y ofuscadas están pilotando la nave. El estancamiento está servido.


El mapa político ha cambiado, pero el de los problemas y dificultades, no.