miércoles, 13 de mayo de 2020

Memoria histórica. El odio a España.



Como ya saben, y no nos cansaremos de repetirlo, no gusta “recuperar la memoria histórica”, pero la reciente. Vamos a ello.

Decía un pedante marxista infumable que “nosotros los rojos somos internacionalistas”. En otra ocasión dijo que “a patriota no me gana nadie”. Incoherencia monumental.

 

Dicho esto, otro marxista-leninista, el ricachón Pablo Iglesias Turrión, decía en una ocasión que el nacionalismo español era “por definición de derechas”, diciendo también que “me revienta el nacionalismo español mucho más que el vasco o el catalán, qué le voy a hacer”. Posteriormente,   también dijo que no se sentía orgulloso de ser español ya que “preferiría sentirme orgulloso de algo un poco más meritorio”. Si no se siente orgulloso de ser español, ¿por qué tiene usted a la Benemérita custodiando y guardando su suntuoso casoplón?

 

Como recordarán y sabrán, este sujeto dijo en enero de 2013 en la televisión de Irán “Hispan TV”, en el programa “Fort Apache”, que El acontecimiento fundacional de la democracia moderna es la Revolución Francesa, que inauguró las bases ideológicas de la modernidad que todos los demócratas compartimos: libertad, fraternidad y, por supuesto, igualdad. ¿Y saben cuál es el acto que simboliza esa proclamación histórica de la democracia? Cuando a un rey, Luis XVI, le cortan la cabeza con una guillotina… El bueno de Jean Paul Marat llamó a la máquina «Louison», Luisito, en honor a Luis XVI. ¡Cuántos horrores nos habríamos evitado los españoles de haber contado a tiempo con los instrumentos de la justicia democrática! Y es que, como dijo Robespierre, castigar a los opresores es clemencia; perdonarlos, es barbarie. Qué actual, la reflexión de ese gran revolucionario”.

 

De los horrores que se habría evitado la Humanidad, con más de cien millones de muertos, entre crímenes, asesinatos, hambrunas, deportaciones, etc, propiciados y auspiciados por dioses de este sujeto Pablo Iglesias, Stalin, Lenin y varios más, no dice ni pío. Ya sabrán que este sujeto dijo en una ocasión que “Lenin era un genio”.

 

Posteriormente, en diciembre de 2015, dijo que Yo no puedo decir “España”… Yo no puedo utilizar la bandera rojigualda. Yo puedo tensar y decir: “yo soy patriota de la democracia y por eso estoy a favor del derecho a decidir”. (Lo destacado en rojo es nuestro).

 

¿Patriota de la democracia? ¿Como la de Cuba, la de Corea del Norte, o la de la destartalada URSS, o la Venezuela de Chávez y Maduro, en donde ya se sabía, y se sabe, de antemano quién va a ganar unas “elecciones”? ¿Hay en estos sitios “derecho a decidir”?

 

Luego, en mayo de 2018, los “podemitas”, junto con el PNV y BILDU (“Euskal Herria Bildu”, “Reunir Euskal Herria”), hicieron una declaración en Cambo-les-Bains (Francia) con el objeto de arropar, cubrir y abrigar a ETA. Allí se guardó un minuto de silencio por “las víctimas del conflicto”. Subliminalmente con este acto se estaba pidiendo el acercamiento de los presos de la banda a las cárceles de Vascongadas, para su consiguiente liberación. “Las víctimas del conflicto” no eran los asesinados por ETA por el simple hecho de ser españoles.

 

Si se siente tan antiespañol, ¿cómo es que juró en su día “cumplir fielmente las obligaciones” de su puesto de Vicepresidente segundo, “con lealtad al Rey, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado . . .?”

 

En fin, este “patriota de la democracia” es un sujeto empapado de odio y aversión a España. No se entiende muy bien cómo no hizo su suntuoso chalet en Cataluña o en Vascongadas, o en Cuba o en Venezuela, aunque aquí igual se lo expropiaban, oiga.




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