domingo, 6 de agosto de 2017

Einstein nunca escribió a Truman



Tal día como hoy, seis de agosto, pero de 1.945, era lanzada sobre Hiroshima la bomba atómica “Little boy” (“Niño pequeño”). Tres días más tarde, era lanzada otra bomba sobre Nagasaki, la “Fat man” (“Hombre gordo”).
Con motivo de esta luctuosa efeméride, aparecieron, y aparecen, escritos y comentarios de todo tipo. Así, un señor escribía en su día en un “periodiquín” local que traga todo lo que se le eche, que “Einstein dirigió sendas cartas al presidente Truman para que no se usase contra los pueblos y personas la energía nuclear”. Esto es falso. Vamos a aclarar el asunto.

Einstein nunca escribió a Harry Solomon Truman. Sí lo hizo a Franklyn Delano Roosevelt en cuatro ocasiones y en las siguientes fechas: primera carta, 2 de agosto de 1.939; segunda, el 7 de marzo de 1.940; tercera, el 25 de abril del mismo año y la última el 25 de marzo de 1.945. Quizá la primera y la última sean las más conocidas.

A principios del año 1.939, el físico Niels Bohr, una vez instalado en EE.UU., comunicó los conocimientos que tenía a sus colegas americanos. De éstos, los más importantes eran los físicos refugiados Enrico Fermi y el húngaro Leo Szilard. Debido al temor que tenían de que Hitler pudiera estar fabricando la bomba atómica, decidieron escribir una carta al presidente Roosevelt para convencerle de las posibilidades militares del átomo. Para ello recurrieron a la fama que por aquel entonces ya tenía Einstein en EE.UU. Szilard logró persuadirlo y Albert firmó la carta. Su pacifismo se vio mitigado ante la contemplación de que la Alemania nazi pudiera tener la bomba y aniquilar a media humanidad. En realidad, Einstein no escribió la carta, sino que la firmó.

Sin embargo, la última sí la escribió. Niels Bohr fue uno de los primeros científicos que intuyeron las terribles consecuencias que traería la fabricación de la bomba atómica, y así lo expuso en 1.944 ante Roosevelt y Curchill. Éste pensó que Bhor estaba espiando para los rusos y a punto estuvo de ser detenido. No se le hizo mucho caso. También Leo Szilard pensaba lo mismo. Como no habían hecho caso a Bhor, se aprovechó nuevamente de la influencia de Einstein, y éste, el 25 de marzo de 1.945, escribió a Szilard una carta de presentación para Roosevelt, pero éste murió repentinamente el 12 de abril del mismo año y no llegó a leer la carta. Truman, su sucesor, la leería mucho tiempo después sin hacer caso de los peligros que en ella se detallaban y nunca recibió personalmente a Szilard.

En lo que sí intervino Einstein activamente, con charlas, firmas de manifiestos, e incluso conferencias por televisión a favor del pacifismo y la no proliferación de armamento nuclear, fue cuando el presidente Truman dio vía libre en 1.950 a la construcción de la bomba “H”. Pero escribir a Truman, nunca le escribió.

Estos son los hechos. Pero, claro, como ahora se miente y se engaña al “pueblo soberano” en todos los temas habidos y por haber, resulta que Einstein escribió a Truman.





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