lunes, 3 de febrero de 2025

Perjuicio, menoscabo, deterioro, daño . . .


 

Sí, todo esto y lo que ustedes quieran añadir, es lo que está causando la perseverancia del Fiscal General Álvaro García Ortíz.

Tal perseverancia es una patada y un estacazo a la fe de la verdadera Justicia. Si este sujeto tuviera el más mínimo pundonor y seriedad, ya hacía tiempo que tenía que haber presentado su dimisión, aunque, claro, oiga, lo principal es agarrarse al poder, como Su Sanchidad, importándole un bledo, dos cominos y tres dídimos el daño que produzca a las instituciones y demás.

Como ya saben, este individuo está imputado por revelación de secretos. La Fiscalía General del Estado no puede tener un jefe que tiene tras sí un proceso judicial por tal revelación.

En fin, si este sujeto no renuncia a su puesto, el desengaño, la incredulidad, la desconfianza, el escepticismo, etc, saldrán a la calle, lo que conllevará  resultados catastróficos para el Estado de Derecho, aunque, claro, oiga, vamos “viento en pola a toda vela” y “como un cohete”.



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