Los abuelitos y la huelga

 

La actuación de los “sindicaleros” de UGT y CCOO, que tal parece que están en estado de hibernación, hace unos días convocaron una huelga y una manifestación contra la oposición, evento que resultó, como ya saben, un auténtico fracaso. El citado evento nos hizo recuperar las memorias “histórica” y “democrática”, pero las recientes Vamos a ello.

Allá por el año 2010, Manuel Pastrana, secretario general de la UGT andaluza, convocó un día “sin consumo” para el 29 de setiembre de ese mismo año, porque consideró que la reforma laboral del gobierno del Bobo Solemne no solamente afectaba a los trabajadores, sino a todo el mundo. Tal “sin consumo” sería un día sin servicios públicos, sin transportes, etc.

 Como recordarán, Pastrana, intuyendo que la huelga del día iba va a ser un fracaso y en su intento de movilizar a toda la población, dijo que:  “El 29 de septiembre debe de ser  un día sin consumo, un día sin transporte ni servicios públicos, un día en el que se hagan visibles el millón de parados andaluces y los pensionistas, en el que los abuelos participen en la huelga sin atender ese día a sus nietos porque son una parte fundamental para el funcionamiento del país”.

 Dicho esto, ¿qué iban a hacer los abuelos que no tenían nietos? ¿Y los que no iban  a recogerlos? ¿Y qué iban a hacer los abuelos, muchos de ellos con capacidades disminuidas, que están atendidos por familiares, quizá por nietos? ¿Tendrían que dejar de ser atendidos por estos familiares para que fuesen a la huelga también?

 ¿Por qué no invitaron, asimismo, a las personas que atienden a estos abuelos en los centros geriátricos para que acudiesen a la citada huelga? Y los religiosos y religiosas que abnegada y desinteresadamente atienden  a miles de ancianos, ¿tendrían que dejar su cometido pare engrosar la convocatoria porque, como dijo Méndez, “todos tenemos que aportar nuestro granito”?

 Es lamentable que estos “sindicalistas” hayan tenido que recurrir a esto. No nos extraña porque en el fondo no valen para nada, porque no arreglan ni solucionan nada y porque, a pesar del paripé que se han montado con la huelga, no defienden a nadie, a no ser a ellos mismos.

 En fin, por lo menos tuvieron los dídimos de decir algo contra el gobierno, no como los de ahora.