Como hay que “recuperar
la memoria histórica”, pero la reciente, vamos a ello.
Allá por el mes de mayo
del año 2013, la “politóloga” socialista Beatriz Talegón, simpatizante además
de los comunistas de “Podemos”, dijo que “Cuba no es una dictadura” y
que “España no es una democracia completa”. Efectivamente, Cuba no
es una dictadura: es una tiranía.
La verdad es que mayor
boutade, exabrupto, barbaridad, bestialidad, aporía, arana, o como quieran
ustedes llamarlo, no se puede decir. La calígine y la caquexia mentales de
esta “sujeta” quedan aquí bien patentes.
Cuando no hay
conflictos, porque no está permitido procesar las diferencias, no puede haber
unidad verdadera. Los cubanos viven obligados a mentirse a sí mismos, por miedo
a enfrentarse al sistema. Hay que tragarse la “verdades” oficiales.
Suponemos, señora
“politóloga”, que sabrá usted quién fue Vaclav Havel, verdadero
intelectual y estadista, ex presidente de la Rapública Checa que sabía muy bien
lo que era el comunismo. En cierta ocasión dijo a los cubanos en Florida allá
por el año 2002:
“El sistema va envuelto en un hermoso lenguaje que no vacila en denominar a
la esclavitud como una forma superior de la libertad; al pensamiento
independiente, como una forma de servidumbre al imperialismo; al espíritu de
iniciativa humana, como la explotación del hombre por el hombre y a los
derechos humanos un invento de la burguesía”.
También suponemos,
señora “politóloga”, que conocerá usted las mentiras que dijo Fidel Castro Ruz
en los primeros días de la revolución. Así, llegó a decir en Sierra Maestra que
suprimiría el ejército porque “era innecesario para un pequeño país
pacífico”, ya que el Ejército Rebelde era “un ejército del
pueblo que regresaría a sus casas tan pronto como el tirano fuese derrocado y
la Constitución restablecida”. Los ejércitos que envió Castro a
Etiopía, Angola, etc y la policía de corte estalinista sobre la que se sostiene
el régimen, ¿se fueron a sus casas?
Asimismo, señora “politóloga”, también suponemos que sabrá lo que dijo “Manguito”
en un discurso en Camagüey el 5 de enero de 1959:
"Quien dice
libertad de prensa, dice libertad, dice libertad de reunión; libertad de
reunión y derecho a elegir libremente, no solo al Presidente, sino los
trabajadores a elegir a sus dirigentes. Derechos que no se pueden
arrebatar". Ni qué decir tiene que las citadas libertades no existen en la
Cuba de los Brothers Castro.
¿Y qué nos dice, señora
“politóloga”, de las purgas iniciadas contra los líderes sindicales en ese
mismo mes de enero de 1959? ¿Y del discurso pronunciado en Washington en abril
también de 1959, cuando dijo aquello de que “Esta revolución no es
comunista sino humanista”, negando cínicamente que el comunismo
tuviera algo que ver con él, manifestando al poco tiempo que había sido marxista-leninista
toda la vida?
¿No sabe usted también,
señora “politóloga”, que este sátrapa transformó la isla en un gigantesco
cuartel, con servicio militar obligatorio, con un ejército de medio millón de
hombres allá por las décadas de los años 70 y 80 del pasado siglo?
A esta señora
“politóloga”, le recomendamos leer los siguientes libros para que se entere un
poco de lo que se cuece en la Cuba de este espantapájaros. Ahí van:
“1984. Carta a Fidel
Castro”, escrito por le nada sospechoso de fascista Fernando Arrabal; “Che
Guevara”, autor Fernando Díaz Plaja, libro en que se ve la
personalidad de este cruel y sanguinario personaje; “Conexión Habana.
Una peligrosa infiltración en las mafias cubanas”, autores Santiago Botello y Mauricio Angulo, libro muy jugoso
en el que se demuestra la implicación de Fidel Castro con el narcotráfico, así
como las detenciones arbitrarias e ilegales, torturas y ejecuciones del régimen
para tratar de ocultar la verdad; “Dulces guerreros cubanos”,
escrito por Norberto Fuentes, castrista de pro en sus
tiempos, que participó en numerosos combates al lado de las tropas
de Fidel Castro e incluso recibió condecoraciones del propio “Manguito”. Cuando
fueron ejecutados los “disidentes” Arnaldo Ochoa y Tony de la Guardia, se dio
cuenta del engaño y del terror del régimen, abandonando la camarilla de Fidel
Castro; “El furor y el delirio. Itinerario de un hijo de la Revolución
cubana”, autor Jorge Masetti, que también fue colaborar en su día de Fidel
Castro y terminó desengañado. Nos cuenta Masetti con brutal sinceridad, cómo
vivía una vida cómoda, disfrutando de una alimentación excelente, además de
disponer del dinero suficiente para satisfacer todo tipo de caprichos. Mientras
él, y la nomenklatura del partido vivían en la opulencia, por el contrario al
pueblo se le exigía todo tipo de sacrificios, a la vez que machaconamente se le
inculcaban los valores de la revolución; “El legado de Fidel Castro.
Una Cuba arrasada tras 48 años de totalitarismo”, autor Luis
Losada Pescador El libro, básicamente, es una muestra fotográfica (más de 200
imágenes) de la Cuba real: casas en ruinas, miseria por todas partes, caras
desesperadas y hambrientas, propaganda asfixiante, presencia constante y
abrumadora de policía, etc, etc; “La vida oculta de Fidel Castro”,
libro escrito nada más y nada menos que por Juan Reinaldo Sánchez, ex guarda
espaldas de Fidel Castro durante casi veinte años. En la página 20 nos habla
Reinaldo de la “veintena de bienes inmuebles, empezando por Punto Cero,
su inmensa propiedad de La Habana, próxima al barrio de las embajadas; La
Calera del Rosario, que alberga asimismo su marina privada, en la bahía de
Cochinos, y La Deseada, un chalet en el corazón de una zona pantanosa de la
provincia de Pinar del Río, donde todos los inviernos Fidel practica la caza de
patos y otras aves acuáticas. Sin olvidar las demás propiedades reservadas, en
todas y cada una de las provincias administrativas de Cuba, para su uso
exclusivo”. (Estos libros están comentados en este blog).
En fin, señora
“politóloga”, le podríamos recomendar algunos libros más, pero haríamos esto
muy largo y cansaríamos al lector.
Vean el siguiente vídeo.
Continuará.
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