Como ya habrán observado, tenemos un poco abandonados otros artículos, pero es que el tema cubano está en el “candelabro” y hay que darle caña.
Ya saben que el monstruoso Lenin dijo en su día que la
mentira podía ser una buena arma revolucionaria. Pues bien, en
este artículo veremos las mentiras, los engaños, los embelecos y los embustes
de la tiranía castrista., que están presentes de forma permanente y constante
en la propaganda del régimen, que es una enorme fábrica de desinformación pues,
entre otras muchas cosas, nada se dice de las divergencias y malestar del
“pueblo soberano” cubano. No se comprende como en unas “elecciones” puede votar
el 99% del censo, y que el 100% de estos votantes lo hagan de forma unánime y
unísona. Esto en una verdadera democracia no existe.
A quien
verdaderamente se miente y se engaña es
a los trabajadores. El artículo 54 de la Constitución cubana dice:
“Los derechos de reunión, manifestación y asociación son ejercidos por los trabajadores, manuales e intelectuales, los campesinos, las mujeres, los estudiantes y demás sectores del pueblo trabajador, para lo cual disponen de los medios necesarios a tales fines. Las organizaciones de masas y sociales disponen de todas las facilidades para el desenvolvimiento de dichas actividades en las que sus miembros gozan de la más amplia libertad de palabra y opinión, basadas en el derecho irrestricto a la iniciativa y a la crítica”.
Todo esto es una mentira cochina, ya que como está sobradamente demostrado el gobierno cubano ejerce un estricto y preciso control sobre los derechos del “pueblo soberano” ya que, entre otras muchas cosas, prohíbe los sindicatos independientes y hostiga y fustiga de forma permanente a las personas que intentan crearlos.
Otra
mentira es la que ofrecen los actores y “actoras”, amén de los “mass-media” guacamayos
castristas, sobre la libertad de expresión. Vamos a recuperar un poco la
“memoria histórica”, oiga.
La que
fuera embajadora de Cuba en España, y después en Rusia, Isabel Allende Karam,
hablaba en su día del “manejo tendencioso” de la prensa de España cuando se hablaba
algo de Cuba. Decía que “no hay mentira más grande que una verdad dicha a medias”, opinando que el régimen de los
Brother Castro era “víctima” de esta situación.
Lo que
está clarísimo es que esta “sujeta” o “sujete”, sí ejercía el derecho de libre
expresión aquí en España, a la que estaba criticando sin pasarle nada de nada
¿Por qué no habló de este derecho en su país, donde el que lo intenta ejercer
acaba en la cárcel? ¿Por qué no comentó, asimismo, que la Sociedad Internacional
de Prensa en una Asamblea celebrada en octubre de 2003, condenaba a Cuba por su
“campaña de hostigamiento y represión contra el
periodismo”.
Vean el
siguiente vídeo. No tiene desperdicio.
Continuará.
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