Suponemos que se acordarán de “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”, de la zarzuela “La verbena de a Paloma” ¿verdad? Pero ahora las ciencias avanzan una “brutalidad y una bestialidad”, que también se decía en la zarzuela, hasta tal punto de adelantarse, a base de “memoria histórica”, a lo que va a ocurrir en el año 2050, oiga.
Nadie puede acordarse de lo acontecido antes de su
nacimiento, con lo que se demuestra que la Historia no se sujeta ni se somete a
la memoria. Vamos a ver: ¿puede alguien recordar, o tener memoria, de la
Batalla de Lepanto, por ejemplo? Sólo una persona tarada, badulaque, bausán,
cenutria, ciclotímica, etc, puede decir que tiene “memoria histórica” de este
hecho. Lo que sí se puede decir es que tal acontecimiento se conoce porque se
ha leído en libros de Historia. Pero si esta Historia está contada por
“historieteros” y por “lametabalarios”, amén de por “comités de expertos”, como
está sucediendo ahora, entonces apaga y vámonos.
Pero ahora hay otra “memoria histórica”, pero la
futurible: el plan “España 2050”, oiga, presentada por el doctor Sancheznstein,
que sólo le faltaba ser profeta ¿Y cómo va a ser esa España? Pues para eso está
esta nueva “memoria histórica”. Veamos:
a).- Restricciones y controles de los derechos
fundamentales de las personas, como si estuviésemos en Venezuela, en Cuba, en
Corea del Norte o en la destartalada URSS.
b).- Llegada
masiva de personas, muchas de ellas incontroladas, vagas y maleantes.
c).- Nada de conceptos ni de ideas que hablen de
Nación, Patria y España.
d).- Eliminación y destrucción de cualquier
organización tradicional, como la familia, por ejemplo.
Todas estas cosas, y varias más, se harán por mor de
un montón de tópicos típicos de lo “políticamente correcto”, destacando la
nueva “revolución industrial”: pasar del petróleo al voltio, al ohmio, al
faradio, al watio, a lo mejor a los molinos de viento . . . ¡Menuda les espera
a los países islámicos productores de petróleo!, oiga ¿Se quedarán de brazos
curzados?
En fin, esta esto es parte de la nueva “memoria
histórica” del año 2050.
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