Decía en su día Romanones
aquello de “Hagan ustedes las leyes, y déjenme los reglamentos”. Modestamente
opinamos que también podía haber añadido “las normas”.
No cabe duda de que de
esta frase de Romanones, se están aprovechando no solamente políticos, sino las
turbas vandálicas que pululan dentro de “los muros de la Patria mía”.
Lo que no abarcan, o no
contienen las leyes, o lo que no es de sentido común que, como ya saben, es el
menos común de todos los sentidos, se admite y se consiente a través de los
reglamentos, siendo éstos tan abundantes y cuantiosos, que siempre es viable, posible
y probable hallar y encontrar uno para justificar y aprobar actos vandálicos,
violencias, fechorías, etc, etc.
Si, por ejemplo, vamos
con nuestro perrito mascota, y hace sus necesidades mayores, y por error o
despiste no las limpiamos, a los dos minutos tiene usted la policía encima.
También la tiene encina rápidamente si, por un error, echa usted la basura en
un cubo reservado para el plástico, o viceversa. No digamos ya nada la que le
cae encima si mata un urogallo un corzo que se le atraviese en la carretera.
Pero lo “didimoso” del
asunto, es lo que se ve desde hace tiempo en Cataluña, perdón, en “Catalonia”:
separatistas empleando todo tipo de violencia sin que les pase nada. Y más
“didimoso” aún es que a estos sujetos se les celebra y se les elogia.
En fin, cuando un
gobierno, si es que se le puede llamar así, como el que tenemos ahora, deja de
lado su primer deber, como es el de defender los derechos de los españoles, la
que se nos avecina es gorda. El que quiera entender, que entienda.
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