martes, 26 de noviembre de 2019

“Banderas lejanas”


El título completo del libro es “Banderas lejanas. La exploración, conquista y defensa por España del territorio de los actuales Estados Unidos”, escrito por Fernando Martínez Láinez y Carlos Canales Torres, Edaf  S.L., editado en Madrid, México, Buenos Aires, San Juan, Santiago y Miami, 543 páginas, incluido el Índice Onomástico. La obra ya nosotros tenemos es la de la quinta edición.


La verdad es que es uno de los mejores libros de historia de España que hemos leído. Se trata, como indica su título, de la defensa y conquista por parte de los españoles de lo que son actualmente los EE.UU., llegando incluso hasta las costas de Alaska.

Parece que sólo se habla de la conquista del Oeste por los anglosajones ocurrida en el siglo XIX. La propaganda sobre esto último es inmensa, ya que el cine, entre otros medios, así nos lo han dicho machaconamente. (Recuérdese “La conquista del Oeste”, del director John Ford).

Pero lo que casi todo el mundo omite, y no sabe, es que en el siglo XVI, tres antes de lo que relata John Ford, los españoles ya habían estado allí recorriendo los territorios que iban desde la península de la Florida y Río Grande hasta Alaska.

¿Por qué cuando se habla de “memoria histórica” sólo se cuenta lo que sucedió ayer, concretamente durante los años treinta del pasado siglo XX?  ¿Es que una nación como España, con más veinte siglos de historia no merece que se cuenta dicha Historia? ¿Por qué no se cuenta y se enseña en los colegios e institutos que, por ejemplo, Alvar Núñez Cabeza de Vaca fue el primer europeo que vio las cataratas de Iguazú, o que Juan de Oñate fue el colonizador de los que hoy son los estados de Nuevo México y Texas? ¿Por qué no se cuenta, asimismo, que los españoles fueron los primeros que lucharon y combatieron contra los comanches, sioux, apaches, etc, tantas veces vistos en las películas del Oeste? (Recordar aquí también otra película de John Ford, “Centauros del desierto”, interpretada por John Wayne y Natalie Wood).

Las hazañas y conquistas de este puñado de hombres valientes y aguerridos, son prácticamente desconocidos. Casi nadie sabe que estuvieron trescientos años por aquellas tierras. Este desconocimiento y olvido es debido, entre otras causas, al desprecio y menosprecio que los anglosajones sintieron por la cultura española, a la que tildaban de inferior.

Lo triste de todo este asunto es que cualquier persona perteneciente a una nación normalmente constituida conoce perfectamente su historia. No sucede como en esta desastrosa España actual que, además de no enseñarla, hay diecisiete versionas diferentes, totalmente desviadas de la verdad y de la realidad plagadas de embustes y tergiversaciones, producto todo ello, de historieteros de fascículo incompetentes no sólo en el relato, sino también en la investigación. Lo que a esta gente les priva es la “tendencia culturalista e ideológica” bien remunerada. Y si además comen de la duerna, mejor.

Uno de los capítulos que más nos han impresionado es el de la página 157 intitulado “Frente a franceses, apaches y comanches”, en donde se dice “lo que realmente decidió a las autoridades virreinales a avanzar hacia el interior de Texas fue el incremento de las actividades francesas en la costa del Golfo de México, una amenaza que no venía de Europa ni de las Antillas francesas, sino de la lejana Canadá”.

En fin, como decimos siempre, libro muy recomendado para todos, y en especial para los citados historieteros de fascículo que escriben con total y absoluta  impunidad intelectual, propagando sus “lecciones” con una siringe que ya la quisiesen para sí muchas aves, y que además no saben ni separar el grano de la paja,  siendo también los grandes responsables de que la gran obra realizada por los españoles sea ignorada por el “pueblo soberano” y por los políticos y “asesores” que lo pastorean.


Por cierto, ¿saben estos historieteros que el nombre completo de la ciudad  californiana de Los Angeles, la segunda en población tras Nueva York, es Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles de la Porciúncula?





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog