miércoles, 29 de noviembre de 2017

“Hombres made in Moscú” ( y V I )


Así se intitula el libro de Enrique Castro Delgado, Ediciones Luis de Caralt, 1963, 659 páginas incluido el Índice.

Someramente diremos que el autor fue un componente muy activo del PCE, siendo el primer comandante del V Regimiento. También fue director general de la Reforma Agraria. Cuando terminó la Guerra Civil española, se marchó a la URSS, regresando a España, permaneciendo aquí hasta su muerte en 1964. Su regreso estuvo motivado por el desencanto de lo que vio en la Unión Soviética, al igual que otros muchos que tuvieron los dídimos suficientes de decirlo.

Este es otro libro que no se ve por las librerías y que los “historieteros” ignoran  a sabiendas. 

Como decíamos en la anterior entrega, en esta última veremos lo que se lee en el Capítulo XXIV, que es el último, y que lleva por título “La última oración”, página 657. Dice así:

“Stalin . . . Camarada Stalin:
Hemos prolongado la lucha durante treinta y dos terribles meses.
Hemos perdido más de un millón y medio de españoles.
España tiene en sus ciudades y pueblos, en sus campos y puertos heridas de las que tardará años y años en curarse.
Hemos envenenado de dolor y odio a un pueblo de lo que no podrá curarse en cincuenta años.
¿Estás contento, camarada Stalin? . . . Si estás contento, camarada Stalin, ¿qué importa lo demás? . . .¡Te seguimos creyendo! . . . Te seguimos amando! . . . Ha muerto la segunda república, pero ¡existes tú! ¡Existe la Unión Soviética! ¡Existe la gran esperanza!. . .
¡Viva Stalin, nuestro jefe y maestro!
¡Viva!

¡Vivaaaaaaaa!”



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