Hemos escuchado hace unos días en una terraza de una cafetería, a un grupo de jóvenes que, entre burradas, disparates y blasfemias, unos defendían y otros atacaban a un tal Guardiola, un “famoso” por dar patadas a un kilogramo de aire encerrado en un cuero.
Al parecer, dicho “famoso”, había hecho unas declaraciones diciendo que Cataluña era su patria, y que Cataluña no era España, apoyando este “famoso” el tan cacareado referéndum secesionista catalán manifestando que el gobierno de la nación había puesto en marcha “una persecución política impropia de una democracia”, reclamando también la ayuda de otros países para enfrentarse y detener “los abusos de un Estado autoritario”. Por lo que se ve, este sujeto no tiene ni pajolera idea de lo que dice la Constitución al respecto.
Si este “famoso” fuera un verdadero demócrata, concepto este que se emplea de forma interesada y confusa, tendría que tener en cuenta la encuesta hecha por el CEO (barómetro de la Generalidad), que da un resultado de un casi 49 % al “NO” independentista, frente a un 44 % del “SI”.
¿Por qué no dice este sujeto “famoso” nada de los millones que percibe Cataluña del Estado, millones salidos de las carteras de los contribuyentes españoles?
¿Habrá devuelto este baboso “famoso” el dinero al Estado español que percibió cuando jugaba con la selección nacional de eso que llaman fútbol? A lo mejor sí, oiga.
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