En el mundo occidental, hay pocos países
en los que se aplique la pena de muerte. Uno de ellos es Norteamérica, si bien
en algunos Estados está abolida. Cuando se aplica dicha pena es por cuestiones
extremas.
Los voceros de siempre, critican esta
actitud americana, pero omiten que en todos los países comunistas existió, y
existe, la pena capital. Lo mismo ocurre en todos los países islámicos. En
ambos casos la pena se aplica por delitos incomprensibles en Occidente.
El país que está a la cabeza de
ejecuciones es China, en donde se aplica la pena nada más y nada menos que por
¡68 delitos!, como pueden ser, por ejemplo, delitos en temas informáticos, por evadir dinero, por robar, e incluso por
bigamia.
En segundo lugar en la lista negra en
ejecuciones, estaría Irán. Homosexuales y adúlteras son lapidados por la masa,
siendo previamente enterrados parcialmente o atados. Resulta espeluznante
pensar que en un país donde se cometen estas atrocidades, vaya a ser una
potencia nuclear.
A continuación están Irak, Sudán y
Pakistán.
En Arabia Saudí y en Quatar, se emplea la decapitación con espada por los
delitos antes citados de homosexualidad.
También en la Corea del Norte de Kim
Jong Un, se aplica la pena, como se vio no hace mucho tiempo.
En otros sitios se aplica la pena máxima
por falsificación, como en Argelia, o por brujería, como en la República
Centroafricana. Si se aplicase la pena en España por estos dos últimos delitos,
tendríamos resueltos muchos problemas.
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