La Revolución de 1.934.
Los “razonamientos” que se han dado para pretender justificar esta Revolución, han sido varios. Pero el más extendido ha sido el de que no se podía permitir que un partido “fascista” estuviera en el gobierno refiriéndose, obviamente, a la CEDA de Gil Robles.
Como es sabido sobradamente, las derechas habían
ganado las elecciones de noviembre de 1.933. Por tanto, tal revolución fue un
atentado o un golpe de estado contra la República.
Sobre la CEDA hay que decir dos cosas:
1º).- A pesar de ganar las elecciones, sólo se le
concedieron tres ministerios sin importancia, además de no gobernar.
2º).- Su jefe, Gil Robles, había formado parte del
equipo para elaborar la Constitución republicana que, como se sabe,
tenía como base las constituciones de Méjico y de la URSS, países nada
fascistas.
Recordemos ahora algunas frases de personajes de
aquella nefasta época. Azaña decía en 1.938:
“Pensad en los muertos, que descansan en
la madre tierra, ya sin odios ni rencores, y nos envían con los destellos de su
luz el mensaje que la Patria eterna dice a todos sus hijos: paz,
piedad y perdón”.
Indalecio Prieto, decía en 1.942:
“Me declaro culpable ante mi conciencia,
ante el Partido Socialista y ante España entera, de mi participación en el
movimiento revolucionario de Octubre. Lo declaro como culpa, como pecado, no
como gloria”.
Salvador de Madariaga, en 1.978:
“El alzamiento de 1.934 fue imperdonable.
La decisión presidencial de llamar al poder a la CEDA era inatacable,
inevitable y hasta debida desde hacía ya tiempo. . . Con la rebelión de 1.934,
la izquierda española perdió hasta la sombra e autoridad moral para condenar la
rebelión de 1.936”.
¿Por qué no mencionan esto los "historieteros" de la “recuperación de la memoria democrática” de Su Sanchidad?
¡Menudo “vínculo luminoso”!
Continuará.
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