Los líderes de la crisis

 La crisis económica española es pura y sencillamente por culpa de la gestión de aquel inepto gobierno del "zpaterato", gobierno que se nos hizo ya enormemente largo, y culpa también de este período “sanchista” en el que estamos inmersos. La crisis, según nos decían, y nos dicen era, y es,  por culpa de los “otros”, pero si algún día se sale de ella será gracias a “nosotros”.

Lo que sí está claro es que nuestra situación, por mor del "zapaterato" y del “sanchismo” , no tiene ni punto de comparación con el resto de países europeos. Así, la destrucción brutal de puestos de trabajo; la desinversión; alto índice de paro en constante progresión; un endeudamiento gigantesco; una balanza comercial que vale más no comentar; una bajísima población con trabajo; el aumento insoportable de todo tipo de impuestos y algunas otras cosas más, hace que seamos “diferentes”. Si a todo esto unimos la degradación de la justicia, de la sanidad, de la enseñanza, etc, llegamos a donde llegamos: a una nación que no “la conoce ni la madre que la parió”.

Pero era igual: los ilusos creían, y creen, que aquel gobierno, y éste,  buscaban, y buscan, el consenso con la oposición o con la sociedad por aquello de que estamos en un país “democrático”, para intentar mejorar las cosas y lavar un poco su imagen. No. Lo que se hizo, y se hace, es cargar sobre las espaldas de los demás todas las responsabilidades de aquella banda que nos desgobernaron, y la que nos desgobierna actualmente

Y cuando había, y  hay, algún tipo de conversación con los “agentes sociales”, el gobierno siempre salía, y sale ganando, quedando por encima de las discusiones como si los asuntos no fuesen con él. Ya saben: cerrar filas, hasta hacerlas prietas, máxima fidelidad, disciplina de voto, etc.

Terminamos con un magnífico párrafo del arzobispo de Burgos, monseñor Francisco Gil Hellín, que no tiene desperdicio:

«Una sociedad con varios millones de parados, que mata impune y sistemáticamente a sus hijos más inocentes, que administra la justicia según los colores políticos, que miente con descaro y desde las más altas instancias, que viola los pactos más sagrados, que fomenta el odio y el enfrentamiento entre sus miembros, que impide el ejercicio libre de la religión, que destruye la inocencia de los niños desde su más tierna edad, que azuza las pasiones de los jóvenes, que niega que haya acciones buenas y malas con independencia de tiempo y circunstancias, que convierte la escuela en un instrumento ideológico y el poder político en trampolín para el enriquecimiento personal y el medro de los suyos, que se empeña en no tener hijos, en una palabra, una sociedad cuarteada en sus estructuras básicas y removida en sus cimientos éticos es una sociedad decadente y enferma de extrema gravedad.» ( I )

 

( I ).- Fuente: ForumLibertas.com