Hemos escrito varios artículos sobre el
marxismo-leninismo. Y no nos cansaremos de hacerlo para seguir destapando y
descubriendo los errores y las mentiras de esta doctrina.
Como ya hemos escrito varias veces, cuando al
monstruoso Lenin le dijeron que sus principios y doctrinas no estaban de
acuerdo con la realidad, soltó aquello de “lo siento por la realidad”.
Sin comentarios.
Lo que nunca hizo el marxismo-leninismo fue el pensar
correctamente para conocer las verdades, o los itinerarios que llevan a ellas,
aunque ciertas verdades materiales, como por ejemplo que la Tierra tarda 24
horas en girar sobre su eje, y 365 días en dar una vuelta alrededor del Sol
(TRASLACIÓN), o que la velocidad de la luz es de 300.000 kms/segundo,
obviamente sí las admite.
Pero cuando se entra en el terreno espiritual,
político o económico, la cosa cambia, ya que el odio, la mentira, el engaño, el
bulo, la difamación, etc, etc, son admitidas por este sistema. Suponemos que
conocerán el decálogo del mentado monstruo Lenin, en el que otras cosas dice
que hay que corromper a la juventud dándole libertad sexual, diciendo también
que hay que dividir a la población en grupos antagónicos para que surjan discusiones
y enfrentamientos sobre temas sociales. Dice también que hay que hablar de
Democracia y Estado de Derecho, pero en el momento que surja la oportunidad de
lograr el Poder, todo esto desaparecerá.
Dice también que hay que destruir los valores éticos y
morales, comentando también que los parlamentarios comunistas infiltrados en
los sistemas democráticos deben culpar a las personas no comunistas de todo lo
habido y por haber. También dice que hay que promover huelgas en la vida
industrial de la nación, aunque dichas huelgas sean ilegales. También dice
otras cosas monstruosas.
Po otra parte, este sistema dice que conoce las
“verdades”, o sea, la realidad de los asuntos. Para esto se dice que piensa con “agudeza”, con “sutileza”, con
“profundidad”, con elevados conceptos, cuando en realidad lo que aparecen son
el populismo, la demagogia, la logomaquia y palabras rimbombantes.
Continuará.
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