sábado, 8 de julio de 2023

Las dos Repúblicas ( V ). Confundiendo el lenguaje


 

Vamos a insertar unas entregas en las que veremos que en aquella Segunda República no había ni orden, ni respeto ni libertad, por mucho que los “historieteros” digan lo contrario. Esto que decimos está basado en comentarios, hechos, citas, imágenes y frases de libros y de periódicos, que omiten los “historieteros bienpagaos” de lo políticamente correcto.

Los verdaderos republicanos se molestan cuando los rojos, ellos mismos se definen así, han ido cambiando este término por el de republicanos, para “adaptarse” a la “memoria histórica” y a la “democrática”. La verdad es que existe una gran diferencia entre un rojo y un republicano.

 

Un pedante marxista infumable declaraba en cierta ocasión que “los rojos podremos ser calificados de totalitarios, estalinistas, dictadores, etc, pero nunca de fascistas”. La frase vale más no comentarla porque se comenta por sí sola.

 

Vamos a ver: ¿acaso los totalitarios, estalinistas, dictadores, como decía este sujeto, tienen cabida en una verdadera República? La tendrán en las repúblicas dictatoriales de corte marxista, como es obvio.

 

Esta falsificación terminológica tiene por objeto el presentarse como demócratas, cuando ya sabemos que de esto no tienen absolutamente nada por mucho que berreen y pataleen. Pongamos unos ejemplos, muy de “memoria histórica”.

 

En enero de 1933, en plena República, se descubrió un proyecto revolucionario que se había iniciado en Barcelona para derribar la República y sustituirla por una “dictadura del proletariado”. El Gobierno pudo adelantarse ahogando dicho proyecto en la noche del 8 al nueve de febrero. Manuel Azaña tuvo que presentar la dimisión el 8 de setiembre de este mismo año.

 

El 15 de febrero de 1.936, como ya es sabido, se hizo pública la constitución del Frente Popular, que estaba formado por: Izquierda Republicana, de Azaña; Unión Republicana, de Martínez Barrios; PSOE, de Prieto y Largo Caballero, y Partido Comunista, de José Díaz y Dolores Ibarruri. Pues bien, Largo Caballero, el “Lenin español” como le adulaban los comunistas, dijo el 12 de febrero refiriéndose a la República: “No es la estación de término para nosotros, que la conceptuamos como una de tantas en las que hemos de descansar para continuar nuestro camino”. Los “rojos”, no dijeron ni pío ni le reprocharon nada a Largo por esta frase antirrepublicana.

 

Asimismo, el periódico El Liberal de Bilbao del 21 de enero de 1.936, cita a Largo Caballero sobre un mitin celebrado el día anterior en Linares:

 

“La clase obrera debe adueñarse del poder político, convencida de que la democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la revolución”. Como es de suponer, los “rojos” tampoco dijeron nada sobre estas palabras.

 

El Comité Revolucionario de Asturias, lanzó en Oviedo el 9 de octubre de 1.934 sus proclamas. La sexta decía:

 

“6º.- Los miembros de los partidos y juventudes obreras de la localidad deben presentarse inmediatamente con su correspondiente carnet para constituir LA GUARDIA ROJA, que ha de velar por el orden y por la buena marcha de la revolución”. Tal proclama es antirrepublicana, ya que llama al pueblo al sublevarse contra el orden legal establecido, es decir, la República. Llama la atención lo de “buena marcha de la revolución” ¿Por qué no se dice para “la buena marcha de la República”?

 

A comienzos de enero de 1.933, el ministro de la Gobernación dio la alarma a las fuerzas nacionales de seguridad, ya que parecía inminente el levantamiento en nombre del COMUNISMO LIBERTARIO ¿Dónde está el respeto a la República?

 

Asimismo, en ese año de 1.933, Azaña escribía en su diario, refiriéndose a los continuos levantamientos: “Tanto los amigos como los enemigos de la República me dicen que las cosas no pueden seguir así indefinidamente”.

 

 Largo Caballero en un mitin el día 12 de enero de 1.936 en el cine “Europa”, de Madrid, preconizaba el advenimiento del socialismo marxista, anunciando la revolución del proletariado.

 

Como puede verse, hay una gran diferencia entre rojos y republicanos. 

 

¿Figurará esto en la “memoria democrática” de “Su Sanchidad” y de Sor Yolanda?

Continuará.



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