Según el Diccionario de los “inmortales” de la RAE, compulsivo es “que tiene impulsos irresistibles”, y convulsivo “perteneciente o relativo a la convulsión”, definiendo esta última palabra como “agitación violenta de agrupaciones políticas o sociales, que trastorna la normalidad de la vida colectiva”.
Dicho lo anterior, y como habrán visto en el debate
Feijóo-Sánchez, Rosa Martín Villacastín, más conocida como Rosa Villacastín,
periodista, escritora, presentadora de distintos programas televisivos, colaboradora
en su día con la Alianza Popular de Manuel Fraga Iribarne, y en estos momentos
gran admiradora de “Su Sanchidad”, dijo que el que mintió en dicho debate fue
Feijóo, al que calificó como “mentiroso convulsivo”,
cuando el verdadero mentiroso fue, como lo demuestra su trayectoria, “Su
Sanchidad”. Viendo las definiciones de los “inmortales” de la RAE, no cabe duda
de que ambas palabras se pueden aplicar a este sujeto, aunque ahora “cambie
de opinión”, oiga.
En una palabra: el mentiroso compulsivo no deja de
mentir, pero cuando se convierte en convulsivo, el asunto cambia, ya que habría
que hospitalizarlo para someterle a un tratamiento cerebral con el objeto de
quitarle las convulsiones ¿No les parece?
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