Estas dos palabras de “hechos diferenciales”, son empleadas con cierta asiduidad por los políticos. Según convenga, el “hecho diferencial” puede ser el PP, Cuba o cualquier autonomía española.
Cuando se trata de justificar, defender y promocionar la identidad de las autonomías, identidad distinta a la española, se recurre al “hecho diferencial” de la lengua como punto de partida, convirtiéndolo en el primer mandamiento de la ley del nacionalismo.
Este mandamiento plantea la cuestión como una defensa de una lengua a punto de
extinguirse, lo que hace vibrar las fibras más sensibles e íntimas de los
“progres”, llegando al momento culmen de la exigencia de la cooficialidad (en
algunas autonomías ni eso) y la “normalización lingüística”, marginando,
prohibiendo y proscribiendo la lengua española.
También se da el caso de que partidos políticos híbridos y desnortados, se
apuntan, en algunos casos, a la tal normalización, cooficialidad e impulso de
la lengua vernácula: es el caso de Asturias, en donde estos desnortados partidos
quieren ser los primeros de la clase en la implantación del bable.
Nosotros desde aquí pedimos a los citados partidos que qué clase de bable se va
a “normalizar”, porque se supone que estos ejemplares sabrán que en Asturias
hay por lo menos seis clases distintas de bable que no se parecen absolutamente
en nada. Si no que pregunten a un habitante del alto Aller y a otro de Luarca,
por ejemplo, cómo se dice “ratón” y “hermano” en ambos concejos. O que
pregunten también a los habitantes de los concejos de Gijón y Mieres, cómo se
dice “nido”. Y no hablemos de los concejos extremos como serían Llanes y
Castropol. Aquí la cosa se complica mucho más.
La cosa es muy clara: todo vale con tal de obtener votos. De lo que no se dan
cuenta estos insensatos politiqueros, es que pueden generar un problema donde
no existe. Pero esto seguro que les importa un bledo, dos cominos y tres dídimos.
En fin, ¡qué dirían los clásicos españoles, si levantaran la cabeza, cuando
dejaron de escribir en Latín para hacerlo en castellano, es decir, en español!
Insertamos un
poema en bable. A ver si lo entienden.
“Fai cosa de mes y picu,
cuando más saluz gastaba,
dióme adientro un regolpicu,
que aquello fo la caraba.
Tenía tales dolores y tales retorcillones,
que yera un dolor más fieru
que un picor de sabañones.
Mio madre, al veme tan apenau
llantóme cien cil engüentos
en sin plizca resultau.
Cuando ya avanciaba el día,
llegó en potru el melicatu,
y tras mansuñame un ratu,
díxome lo que tenía.
Según él, yera el asunto
per haber dío a cien mil pipes,
y amalgabai el barruntu
de que nun taba en so puntu
la péndiza de les tripes.
Metiéronme en una ambulancia
y ¡psssspppss! pa Uvieu va Pachín
pos tenía el prubitín
la tripa fecha moscancia”.
Una vez en el hospital,
le dice el cirujano que hay que ponerle anestesia para operarlo, a lo que
Pachín responde:
.- “Esa anastasia ¿quién ye? ¿una artista de película?
.- Esa anastasia chaval
ye pa matar el dolor
y pa ti nun tará mal una anastasia local.
.- ¿Entos no será meyor que la ponga provincial
que matará más dolor?
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