Según el Diccionario de los “inmortales” de la RAE,
debate es “controversia, discusión, contienda, lucha, combate”. Como ya
sabrán, esto fue lo que se vio ayer en el debate Feijóo-Sánchez ¿No sería mejor
reunirse para buscar acuerdos, alianzas, entendimientos, convenios, uniones,
etc, etc, y no debatir? Pero, claro, oiga como “España es diferente”, así estamos.
Lo que de vio en este debate es que los partidos PP y
PSOE, y por supuesto los demás, están más pendientes de los sujetos, sujetas y “sujetes”
que les permitan seguir en la poltrona, importándoles un bledo, dos cominos y tres
dídimos el estado de la Nación y el bien común.
Como habrán visto, este dúo “debatidor” se enredó en dimes
y diretes, amén de reprocharse mutuamente. El orgullo, la altivez, la
arrogancia, la jactancia, la petulancia, la insolencia, la impertinencia, la vanidad,
etc, etc, aparecieron en “Su Sanchidad”, llegando a una situación de riña, de bronca,
de disputa, de pelotera, etc, como se vio cuando se habló de VOX como aliado “obsceno
“ del PP, lo que hizo que Feijóo le recordase a “Su Sanchidad” sus pactos con
ERC y BILDU, lo que hizo resaltar su furia y su irritación.
El tiro de gracia que recibió “Su Sanchidad” fue
cuando Feijóo le planteó y le expuso un pacto para que gobernase el partido más
votado en las próximas elecciones, evitando la entrada de partidos de corte
extremista. Este lo puso desquiciado, catatónico, ciclotímico y probablemente cianótico.
Pero como ahora este sujeto no miente, sino que “cambia de opinión”, ¡vaya
usted a saber cómo reaccionará si pierde las elecciones!
En fin, dejamos el tema porque lo habrán visto por el “Ente”:
un Sánchez tosco, basto, rudo y tenso, y un Feijóo aplacado, reposado y
sosegado.
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