miércoles, 5 de julio de 2023

Las dos Repúblicas ( I V )


 

Vamos a insertar unas entregas en las que veremos que en aquella Segunda República no había ni orden, ni respeto ni libertad, por mucho que los “historieteros” digan lo contrario. Esto que decimos está basado en comentarios, hechos, citas, imágenes y frases de libros y de periódicos, que omiten los “historieteros bienpagaos” de lo políticamente correcto.

Ya saben que comunistas y socialistas justificaron, y justifican, la revolución de octubre de 1934 por la entrada en el gobierno de la CEDA, con la mentira de que Gil Robles quería anular la Constitución de aquellos tiempos para introducir el fascismo en España. La monserga de siempre.

Sin embargo, nada se dice de que los partidarios y seguidores del “Lenin español”, Largo Caballero, estaban haciendo todo tipo de maniobras para rebelarse contra dicha Constitución.

Por otra parte, ¿acaso no violaron esta Constitución los catalanistas de LLuis Companys.

Salvador de Madariaga, verdadero republicano, del que los de la internacional de la mentira, del odio y del terror apenas nombran, en su obra “España”. Ensayo de la historia contemporánea”, Editorial Espasa Calpe 1979, 638 páginas, nos dice en la 362:

«¿Con qué fe vamos a aceptar como heroicos defensores de la República de 1931 contra sus enemigos más o menos ilusorios de la derecha a aquellos mismos que para defenderla la destruían?», preguntaba Madariaga, quien además añadía: «Pero el argumento era además falso porque si Gil Robles hubiera tenido la menor intención de destruir la Constitución del 31 por la violencia, ¿qué ocasión mejor que la que le proporcionaron sus adversarios alzándose contra la misma Constitución en octubre de 1934, precisamente cuando él, desde el poder, pudo como reacción haberse declarado en dictadura?»

Por otra parte también, Alejandro Lerroux, a la sazón presidente del gobierno, en su obra “La pequeña historia de España 1930-1936”, Editorial Mitre, Barcelona, 386 páginas, nos dice en la 174:

“El impulso de aquel movimiento del 34, en el que los bajos instintos de la plebe enardecida se manifestaron en todo su horror, venía de lejos, se había dado en Rusia, se transmitía a través de organizaciones internacionales, contaba con el concurso asalariado de la mayor parte de los miserables que han monopolizado la dirección del marxismo español.»

Asimismo, en el diario “La Voz de Asturias”, de fecha 28 de setiembre de aquel año 1934, en un artículo intitulado “La revolución a plazo fijo”, se lee:

«Dícese que si entran en el Gobierno algunos de la CEDA inmediatamente estallará la revolución. No lo creemos ... Pero si efectivamente los extremistas tienen todo preparado que incluso no vacilan en hacer públicos sus llamamientos para que todo el mundo se entere, si efectivamente la revolución va a estallar, cuanto antes mejor, y quien más fuerza tenga que se lleve el triunfo. Pero no olviden los socialistas que triunfe o fracase la revolución quien innegablemente perderá siempre es el partido socialista. Si fracasa, por el fracaso. Y si triunfa, porque el socialismo como organización desaparecerá engullida por los comunistas y sindicalistas.».

Hay que “recuperar la memoria histórica”, oiga.

¿Figurará esto en la “memoria democrática” de “Su Sanchidad” y de Sor Yolanda?

Continuará.



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