Vamos a insertar unas entregas en las que veremos que
en aquella Segunda República no había ni orden, ni respeto ni libertad, por
mucho que los “historieteros” digan lo contrario. Esto que decimos está basado
en comentarios, hechos, citas, imágenes y frases de libros y de periódicos, que
omiten los “historieteros bienpagaos” de lo políticamente correcto.
Ya saben que comunistas y socialistas justificaron, y
justifican, la revolución de octubre de 1934 por la entrada en el gobierno de
la CEDA, con la mentira de que Gil Robles quería anular la Constitución de
aquellos tiempos para introducir el fascismo en España. La monserga de siempre.
Sin embargo, nada se dice de que los partidarios y
seguidores del “Lenin español”, Largo Caballero, estaban haciendo todo tipo de
maniobras para rebelarse contra dicha Constitución.
Por otra parte, ¿acaso no violaron esta Constitución
los catalanistas de LLuis Companys.
Salvador de Madariaga, verdadero republicano, del que
los de la internacional de la mentira, del odio y del terror apenas nombran, en
su obra “España”. Ensayo de la historia
contemporánea”, Editorial Espasa Calpe 1979, 638 páginas, nos dice en la 362:
«¿Con qué fe vamos a aceptar como heroicos defensores de la
República de 1931 contra sus enemigos más o menos ilusorios de la derecha a
aquellos mismos que para defenderla la destruían?», preguntaba Madariaga, quien
además añadía: «Pero el argumento era además falso porque si Gil Robles hubiera
tenido la menor intención de destruir la Constitución del 31 por la violencia,
¿qué ocasión mejor que la que le proporcionaron sus adversarios alzándose
contra la misma Constitución en octubre de 1934, precisamente cuando él, desde
el poder, pudo como reacción haberse declarado en dictadura?»
Por otra parte también, Alejandro Lerroux,
a la sazón presidente del gobierno, en su obra “La pequeña historia de España 1930-1936”, Editorial Mitre,
Barcelona, 386 páginas, nos dice en la 174:
“El impulso de aquel movimiento del 34, en el que los bajos
instintos de la plebe enardecida se manifestaron en todo su horror, venía de
lejos, se había dado en Rusia, se transmitía a través de organizaciones
internacionales, contaba con el concurso asalariado de la mayor parte de los
miserables que han monopolizado la dirección del marxismo español.»
Asimismo, en el diario “La Voz de
Asturias”, de fecha 28 de setiembre de aquel año 1934, en un artículo
intitulado “La revolución a plazo fijo”, se lee:
«Dícese
que si entran en el Gobierno algunos de la CEDA inmediatamente estallará la
revolución. No lo creemos ... Pero si efectivamente los extremistas tienen todo
preparado que incluso no vacilan en hacer públicos sus llamamientos para que
todo el mundo se entere, si efectivamente la revolución va a estallar, cuanto
antes mejor, y quien más fuerza tenga que se lleve el triunfo. Pero no olviden
los socialistas que triunfe o fracase la revolución quien innegablemente
perderá siempre es el partido socialista. Si fracasa, por el fracaso. Y si
triunfa, porque el socialismo como organización desaparecerá engullida por los
comunistas y sindicalistas.».
Hay que “recuperar la memoria histórica”, oiga.
¿Figurará esto en la “memoria democrática” de “Su
Sanchidad” y de Sor Yolanda?
Continuará.
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