El porvenir radiante

 Cuando en una determinada situación económica los ingresos se reducen por los motivos que sean, muchas veces por despilfarro, obviamente hay que reducir los gastos. Esto es de cajón de madera de tabla de árbol, oiga. Si esto no se hace, se llegará a una situación desastrosa, por mucho que hablen del “porvenir luminoso y radiante”.

Curiosamente, esta destartalada y descuartizada España está en manos de una casta de sujetos, sujetas y “sujetes” que no ven dicha situación desastrosa en la que estamos inmersos ya que, cuanto más pobreza hay, más gastos se contemplan. Tal parece que solamente le preocupa a la mentada casta las “próximas elecciones”, y el fichaje de asesores.

Pero, en fin, algunos “castosos” costosos no son tan pobres, pues sus suntuosas mansiones, sus viajes, sus momios, sus prebendas, sus canonjías, sus gangas, sus sinecuras, sus ventajas, sus chollos, etc, así lo atestiguan.