Son muchos los males que en
estos momentos aquejan al mundo en general y a España en particular, males que
van minando poco a poco a la sociedad, circunstancia esta que es aprovechada
por otros “movimientos” bien sean de carácter político o religioso. Ya nos entienden.
Estos males pueden ser, entre
otros muchos, la lucha por la permanencia y el control del poder, las drogas,
la violencia, el coronavirus, el SIDA, el terrorismo, el fanatismo político y
religioso, el odio que se siembra constantemente y, sobre todo, la grisura de
la casta política preñada de una incultura propia de los primeros homínidos.
Como ya hemos dicho varias
veces, esta Patria nuestra que es la nación más antigua de Europa, está siendo
cuarteada por esta casta sin que nadie se oponga. Ahí está lo de “nación de
naciones”, estado federal, monarquía o república y un montón de cosas con las
que se distrae al pueblo soberano mientras España va desmembrándose poco a
poco.
Por otro lado, estos de la
casta política siguen con sus prebendas y privilegios arruinándonos a todos
poco a poco, a la par que la corrupción sigue rampante por doquier.
Pero, claro, como estamos en
democracia . . . ¿Es que en una verdadera democracia se puede consentir todo este
desaguisado que estamos viviendo actualmente en España?
¿Es que en una verdadera
democracia se puede permitir que un partido, un grupo de personas, o lo que
sea, puedan aprobar leyes, reglamentos y normas que van contra las leyes
naturales, o que toda una nación esté a merced y al capricho de unos ineptos,
que están poniendo en jaque, entre otras cosas, la libertad, la seguridad y el
bienestar de todos?
¿Acaso se puede permitir en
una verdadera democracia que se fomente la división, en vez del hermanamiento;
que se fomente la inquina, el odio, la desconfianza, la persecución, etc,
contra el adversario político; que se azuce el espíritu de revancha y de
venganza, a la par que se transmite constantemente que existen verdugos y
víctimas?
Pues sí señor: esto es lo que
se está haciendo ahora mismo en España que, como ya saben, “es diferente”. El
resultado ahí está: desastre político, social y económico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario