Para difundir
Señora Calvo,
Ha dicho usted que la democracia tiene una
deuda con el exilio. Esa afirmación solo revela una gran ignorancia sobre el
exilio, sobre la democracia y hasta sobre las deudas. Ello resulta muy
preocupante en una persona con su responsabilidad y mando sobre los españoles,
por lo que probaré a aclararle algunas cuestiones elementales.
1.a)El exilio se compuso de personas del
Frente Popular, el cual fue una alianza de partidos sovietizantes (empezando
por el PSOE) y separatistas: ninguno de ellos democrático. b) El primer
exilio, en buena parte empujado por las tropas en retirada, fue de medio millón
de personas. Franco advirtió que quienes no tuvieran delitos de sangre podían
volver, y volvieron casi inmediatamente más de dos tercios de esa cifra y otros
más posteriormente. c) La mayor parte de los intelectuales que se exiliaron lo
hicieron huyendo del Frente Popular, no de los nacionales, y en su mayoría
volvieron pronto. d) La minoría que permaneció en el exilio lo hizo por
sus convicciones sovietizantes o separatistas, por tener delitos de sangre o,
muy pocos, por simple aversión a los vencedores de la guerra. Como
puede ver, la democracia no debe nada al exilio.
2.-Usted, con todo derecho, tiene
sus opiniones sobre la guerra civil y el franquismo. Otros muchos, con el mismo
derecho, tenemos opiniones distintas. Sin embargo hay una diferencia muy
importante entre ustedes y nosotros, y no solo en cuanto a la veracidad de las
versiones: ustedes intentan imponer las suyas rehuyendo el debate libre y
democrático e imponiendo leyes de tipo soviético para perseguir a los
discrepantes. En otras palabras, ustedes su gobierno y su partido, no son demócratas,
como no lo era el Frente Popular. La democracia, señora Calvo exige
absolutamente la libertad de opinión, expresión investigación y cátedra que
ustedes, abusando del poder, tratan de impedir. Y no es difícil saber por qué:
porque saben que las versiones de su “memoria” no podrían sostenerse en un
debate serio, y deben protegerse de él.
3.- Y vamos con las deudas: su partido las
tiene inmensas, económicas y morales. Durante la guerra el PSOE organizó el
robo sistemático a particulares, al patrimonio histórico y cultural, y hasta a
los montes de piedad donde depositaban sus alhajas las gentes humildes. Parte
de esos tesoros dieron lugar a la sórdida y repugnante disputa entre sus
dirigentes Prieto y Negrín en el exilio y sirvieron para que algunos vivieran
a sus anchas y otros se corrompieran. Hablando de deudas, ¿no podría el PSOE
tratar de devolverlas al país, o al menos reconocer públicamente el expolio?
Y
la otra gran deuda moral fue con los miles de personas que, siguiendo sus
políticas, asesinaron, robaron e incendiaron a mansalva, ya desde bastante
antes de la guerra. Esos seguidores de su partido fueron abandonados por sus
jefes expoliadores y cayeron en manos de los nacionales, que ciertamente no
iban a premiarles con medallas. Si fueron víctimas, fue precisamente de sus
líderes.
En fin, señora Calvo, no estaría de más
que dejaran ustedes en paz a los muertos y al exilio. Tantos años después, las
“memorias” interesadas debieran dejar paso a la investigación y el debate
intelectual. Pero ustedes se obstinan, por una parte, en impedir ese debate, y
transformar la historia en “memoria” subjetiva y subvencionada; y por otra
parte en utilizar la vieja sangre para reavivar los odios del pasado, de los
que al parecer esperan obtener beneficios políticos. Por eso, para
hacerles conscientes de sus responsabilidades, le escribo esta carta.
Hace poco envié al Doctor Sánchez un ejemplar de mi libro Por qué el Frente
Popular perdió la guerra. Se lo recomiendo también a usted y al resto del gobierno.
Quizá pudieran extraer de él alguna lección útil.
Pío Moa
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