El coronavirus sigue con sus desgracias. Como
recordarán, a finales de junio se consideró que la pandemia estaba controlada,
aunque desde aquel nefasto día del 8 de marzo ya se cobró cincuenta mil vidas,
ya que los contagios y las muertes siguen y siguen.
Pero no es solamente esto, sino que la situación
sanitaria y educativa es de pavor ¿Qué dice y qué hace la pandilla de este
desgobierno que tenemos? Pues sencillamente nada de nada. Tal parece que en vez
de mascarilla esta padilla lleva bozal, ya que los reinos taifas autonómicos
hacen cada uno lo que les da la gana. El desbarajuste y la inseguridad están
servidos.
En fin, estamos bajo la tiranía de la incompetencia, de
la ineptitud, de la torpeza, del fanatismo, del delirio, del cretinismo, etc.
Ya decía Gustavo Flaubert que “No hay un cretino que haya soñado ser un gran
hombre, ni un burro que, al contemplarse en el arroyo junto al que pasaba, no
se mirara con placer encontrándose aires de caballo”.
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