Como ya sabrán, Andrés Perelló, secretario de Justicia
y Nuevos Derechos de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, anunció hace unos
días en la localidad asturiana de Teverga, que piensa llevar a la Ejecutiva un nuevo
proyecto para comenzar cuanto antes una nueva ley de la memoria histórica
zapateril.
Nosotros desde este modesto blog, vamos a ayudar a
este nuevo PSOE para que consiga su “nuevo proyecto”.
Como decíamos en la anterior entrega, seguimos con lo
que nos dice Manuel Azaña, nada sospechoso de fascista, en su libro “Causas de la guerra de España”,
prologado por Gabriel Jackson, Biblioteca de Bolsillo, Editorial Crítica 2002,
163 páginas incluido Índice. En la página 94 se lee:
“Los
leaders políticos y sindicales visitaban a los milicianos en los frentes, les
aconsejaban sobre la manera de hacer la guerra, de aprovisionarse sobre el
país: ‘si encontráis una vaca o una
ternera, la matáis, y os la repartís; ya la pagará el gobierno’. El
presidente del Consejo recibió quejas muy serias de un leader, porque los
milicianos no tenían en el frente aguas minerales para beber. Madrid ofrecía
una apariencia alegre, de jolgorio y holganza. Miles de coches recorrían
velozmente las calles, derrochando la gasolina del Estado. Se derrochó también,
en fabulosa escala, los víveres y todos los recursos. Músicas, desfiles, columnas
que iban al frente, o volvían. . . Ostentación de armas largas. Jóvenes ociosos,
en vez de combatir en la trinchera, lucían por los cafés arreos marciales, el
fusil en bandolera. La prensa adoptó un tono jactancioso, semejante al de 1898.
Los tópicos eran aparentemente otros, pero la misma frivolidad”.
En la página siguiente, nos habla Azaña del odio que
había en la España de aquellos años, odio que llevó a cometer todo tipo de
atrocidades, “que han sido el desquite
monstruoso del odio y del pavor”.
A ver si en este “nuevo proyecto” figura esto que nos
cuenta Azaña.
Continuará.
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