sábado, 4 de enero de 2020

Winston Churchill



En este mes de enero, pero del año 1965, fallecía Winston Leonard Spencer Jacobo Torres Churchill. Se cumplen, por tanto, en este mes de enero de 2.020, el quincuagésimo quinto aniversario de su muerte. Había nacido el 30 de noviembre de 1.874.

Probablemente haya sido unos de los personajes más importantes del siglo XX por su energía y voluntad, amén de otras cosas. Cuando cayó Francia en manos de Hitler, sin apenas luchar, los ingleses vieron las orejas al lobo: tenía al enemigo a 14 kilómetros.

Churchill, con su voz gruñona y un tanto ceceante, no dejaba de animar a sus compatriotas: “Defenderemos nuestra isla y seguiremos peleando invencibles hasta que la maldición de Hitler se levante de la frente de la humanidad. Estamos seguros de que al final todo saldrá bien”. Y así fue.

Durante los difíciles años 40 del siglo pasado, en plena II Guerra Mundial, Churchill fue todo un símbolo. Era un gran patriota que estaba dispuesto a pagar cualquier precio por salvar a Inglaterra. Cuando hablaba, lo hacía sabedor de que su nación estaba unida, siendo esto unos de los tres pilares de la derrota de Hitler. Los otros dos lo habían sido Estados Unidos y Canadá.

Fue un hombre que tuvo un papel de lo más relevante en el escenario mundial de aquel entonces, sobre todo en los primeros años de su gobierno durante la guerra, gobierno que había recibido el mayor apoyo de todos los habidos en Inglaterra.

Era orgulloso y ambicioso, en el buen sentido de ambas palabras. Era un conservador que contaba con el apoyo de los bancos laboristas porque sabían que se triunfaría contra Hitler. Y así fue: durante su cargo de primer ministro, que duró cinco años, se derrotó al nazismo. Sin embargo, en las elecciones generales de 1.945, ganaron los laboristas por una amplísima mayoría, quedando el propio Churchill y parte del mundo, atónitos.

Era un hombre de gran intuición. Así, cuando Hitler accedió al poder en 1.933, no se dejó llevar por la propaganda nazy, sino que, gracias a esa intuición, adivinó que Hitler sería un problema para la Humanidad. Tenía sus defectos, como todo ser humano, pero en las decisiones que había que tomar en aquellos angustiosos años, daba siempre en el clavo.

Por otra parte, nunca ha sido un hombre perverso, como lo fue Lenin, por ejemplo, que a decir de muchos marxistas pedantes infumables, fue el hombre más importante del siglo XX. Bestial “boutade”.  Era una persona magnánima que perdonaba a sus enemigos.

Le gustaban el champán, el coñac y los puros. Le importaba un bledo el “qué dirán”. Era valiente, magnánimo, leal y noble, virtudes y gracias estas que hoy parecen haber desaparecido en nuestros políticos.

Y para terminar, diremos que muchos ingleses reconocen que Inglaterra ya no es lo que era después de haber desaparecido Winston Leonard Spencer Jacobo Torres Churchill.

Una de sus frases más célebres fue: "El vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de bienes. La virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de miseria."

Descanse en paz.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog