Como ya sabrán, Ángel Víctor Torres Pérez, secretario
general del PSOE canario, y actual presidente de la comunidad desde julio del
pasado año 2019, refiriéndose a unas declaraciones de Santiago Abascal en el
Congreso de Diputados sobre Juan Negrín López, dijo que tales palabras de
Abascal eran “irritantes”, ya que el
mentado Negrín “se sacrificó por este
país y es un emblema de la política democrática de Canarias y de España”.
Mayor boutade no se pueden decir.
A este presidente canario le recomendamos leer los
libros “La gran estafa: Negrín, Prieto y
el Patrimonio español”, autor Francisco Olaya Morales, Nossa Jara Ediciones
1996, 437 páginas, y “El oro de Negrín”,
escrito por el mismo autor, Nossa y J. Editores, S.L. 1998, 566 páginas. Dicho
autor fue un político e historiador anarquista y destacado militante de la CNT.
Es decir, de “fascista” no tenía nada.
Ambos libros tratan sobre el expolio a
que fue sometida la República en manos de este secuaz de Moscú, es decir, de
Juan Negrín, del que se ha escrito mucho, pero de sus artes delictivas poco,
salvo algunas excepciones como puede ser el caso de Francisco Olaya Morales
que, en los libros citados, descubre las finanzas de los distintos gobiernos
del Frente Popular.
Someramente diremos también que Luis Araquistain fue
desde muy joven miembro del PSOE, estando muy de acuerdo con Largo Caballero.
Fue director de revistas y periódicos tales como “Semanario España”, “Leviatán” y de Claridad”. Durante la República fue, al igual que Largo Caballero,
partidario del marxismo. Fue embajador de la república en Alemania y Francia.
Era una persona de carácter revolucionario, aunque después del exilio fue
partidario de una entente entre demócratas, monárquicos y republicanos. Tal
actitud le granjeó la enemistad de muchos correligionarios. Dicho esto, vean lo
que Araquistain opinaba de Juan Negrín:
“Creo
sinceramente que este hombre está loco; es una especie de loco dios a quien un
poder excesivo e irresponsable, ejercido sin limitación durante dos años, y el
temor de perderlo un día, han alterado su juicio, nunca normal. En sus apetitos
desordenados, tanto de los goces materiales como de la fruición del mando, hay
mucho de patológico. Siempre se creyó un dictador en potencia (…) Adivino que
todos sus defectos son un reflejo de una naturaleza infantil y débil, que sólo
puede afirmarse e imponerse mediante la mentira y el engaño”.
De la FAI, Federación Anarquista Ibérica, nada
comentamos porque todo el mundo sabe quién fue. Un informe de esta Federación,
dice de Negrín:
“Lo
único público de este hombre es su vida privada, y ésta, sin duda, dista mucho
de ser ejemplar y de expresar una categoría de personalidad superior. Una mesa
suntuosa y superabundante, con vinos y licores sin tasa, y un harén tan
abundante como su mesa, completan su sistema. (…) Negrín es un holgazán. Su
dinamismo se agota en ajetreaos inútiles, en festines pantagruélicos y harenes
sostenidos por las finanzas de la pobre República”.
Edmundo Domínguez Aragonés, que fue vocal del
Comité nacional de UGT y vicepresidente de la Comisión Ejecutiva de UGT, que se
exilió en Méjico a donde había llegado desde Francia a bordo del buque
“Ipanema”, muriendo allí en 1976, decía de Juan Negrín:
“Me han dicho que se come tortillas de doce
huevos y que todas las noches se acuesta con tres mujeres”
Además de los libros citados, le recomendamos al
presidente canario los siguientes:
“Queridos
camaradas” de Antonio Elorza y Marta Bizcarrondo; “Los españoles de
Stalin”, de Daniel Arasa; “Historia oculta del PCE”, de Joan
Estruch; “Miseria y grandeza del Partido Comunista de España 1939-1985”,
de Gregorio Morán; “Un coronel llamado Segismundo: mentiras y misterios de
la guerra de Stalin en España”, de Francisco Félix Montiel; “Una historia
de la guerra civil que no va a gustar a nadie”, de Juan Escalante Galán; “Matanzas
en el Madrid republicano”, de Félix Schalayer; “La guerra civil española.
Una reflexión moral 50 años después”, de Ramón Tamames; “La república
española y la guerra civil (1931-1939)”, de Gabriel Jackson; “El exilio
fue una fiesta”, de Carlos Semprún Maura.
Estos libro, comentados en este blog,
dan cuenta del filosovietismo de Juan Negrín López, señor presidente. Léalos
usted.
En fin, querer reivindicar a Negrín, como pretenden
ciertos "historieteros" en la actualidad, es poco menos que demencial. Es lógico
que se hable y se comente sobre los Azaña, Besteiro, Prieto, Largo Caballero,
etc, etc, porque éstos, al menos, escribieron memorias, libros, artículos,
cartas, diarios, pronunciaron discursos, etc. Sin embargo, Negrín no hizo nada
de esto, además de ser un mal orador, evitando hacer discursos en las Cortes o
incluso en reuniones con sus colegas médicos.
Por otra parte, no hay que olvidar que hizo caso omiso
de muchos compañeros de partido cuando le dijeron en 1938 que la república
estaba perdida, prolongando la guerra inútilmente, lo que supuso sufrimiento y
muerte de muchos miles de españoles, mientras él vivía cómodamente en Francia
.
Y terminamos con un asunto que parece olvidado: en
1946, Indalecio Prieto lo expulsó del PSOE, acusándole de ser un lacayo del PCE
y de la Unión Soviética.
Pinchen
en el siguiente enlace, y verán las joyas que se llevó este “emblema” de la
democracia.
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