Recordarán el auténtico sitio a que fue sometido el Congreso de diputados en
octubre de 2012 durante el gobierno de Mariano Rajoy.
Como recordarán también, se recogieron navajas, kilos y kilos de piedras,
miles y miles de botes y botellas llenos de arena, barras de hierro, etc, etc.
Pero lo curioso del caso (nosotros diríamos “didimoso” del caso), es que un
juez de la Audiencia haya puesto en libertad a los promotores de este
“movimiento”, despreciando olímpicamente los informes policiales, así como
informes médicos
También habrán leído el lema de este “movimiento”, que pretendía sitiar el
Congreso "en forma indefinida hasta
conseguir la dimisión del Gobierno y la apertura de un Proceso
Constituyente".
La verdad es que hoy sí hay razones para que se
sitie el Congreso. La que se avecina es gorda. Vamos a saber lo que vale un
peine. Viendo lo que está sucediendo por mor del “abrazo del oso”, y
parafraseando a nuestro admirado Jaime Campmany, se nos suben los testes a la
úvula y se nos baja la sangre a los zancajos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario