No nos estamos refiriendo
aquí a la película de Stephen Frears, magníficamente interpretada por John
Malkovich y Glenn Close, no, nos estamos refiriendo a las amistades peligrosas,
o a las malas compañías si lo prefieren, de los políticos.
Este tipo de “amigos”, que
florecen como hongos para aprovecharse de todo lo que brinda el poder y su
aparato, a las primeras de cambio, y cuando hay cierto tufillo a
corrupción, suelen dar la espalda y ahí
te quedas.
Y es que estas amistades peligrosas
son verdaderamente así, cuando surgen en el campo económico, no siendo tan
perjudiciales cuando nacen en el campo político, aunque algunas veces salta la
chispa y hay escisiones, por mucha prepotente “mayoría” que se tenga, aunque
sea por un solo voto.
También es verdad que la
citada “mayoría” puede valer para salvar de la quema a alguien, aunque esté
encarcelado, lo que hace que muchos y muchas pierdan los papeles y se enfaden.
Ustedes ya me entienden.
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