Los que ya peinamos canas, vemos que esta
impresentable izquierda que pulula por esta descuartizada España, ha cambiado
el lenguaje por puro interés político y dominante. Este cambio comenzó durante
el “zapaterato”, y actualmente sigue campando por sus respetos con “El coleta”
y con “Sancheznstein”.
En su lenguaje, impregnado de populismo, demagogia y
logomaquia, promueve banderas y patrioterismos por doquier, ya que no hablan de
Patria, sino de patrioterismos, de nacionalidades y de “hechos
diferenciales” (Gaspar Llamazares dixit en su día).
Sobre el asunto de las nacionalidades, la cosa es poco
menos que ridícula. Vamos a ver: ¿dónde está el internacionalismo proletario?
Si levantase la cabeza un pedante marxista infumable que decía “nosotros los
rojos somos internacionalistas”, seguro que se desplomaría de nuevo.
En el mentado lenguaje se usan latiguillos y dichos
requetemanoseados, tales como “yo diría”, “yo digo”, etc, etc, siempre con el
“yo-yo” por delante, con lo que el verdadero lenguaje brilla por su ausencia.
En este momento, ahí tenemos un desgobierno que, por
la lotería de las urnas, y por amaños impresentables, está resquebrajando
nuestra Patria metiéndose en todos los campos al más puro sistema totalitario
comunista. Y en el campo que más se mete es en de la cultura, o “kurtura”.
Sobre esto no hacemos comentarios porque el asunto está clarísimo, aunque el
“pueblo soberano” ni se entera. De esto saben mucho los de la Academia de la
“Llingua”.
Y para terminar, insertamos un párrafo que lo dice
todo:
¡Oh Kalícrates sapientísimo!, que se leía en la revista humorística “La Codorniz”, ¿nos podrías explicar esto?
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