miércoles, 1 de enero de 2020

El tiempo pasa



Se acaba de terminar el año 2019. Un año más, y un año menos.

Pasa el tiempo a una velocidad increíble, y nos hacemos la siguiente pregunta: ¿lo aprovechamos, o lo perdemos? La respuesta no es nada fácil ya que, para los que consideran que lo aprovechan, para otros les parece que lo pierden, y viceversa. Si se emplea en la indolencia y no hacer el bien, se estará malgastando, aunque muchas personas no lo ven así, llegando a decir incluso que la vida es corta, cuando quien la sabe emplear le parece un tanto larga.

Como se ve, y sobre todo en estos tiempos, la ansiosa y ávida avaricia y el afán de lucro, así como realizar y hacer trabajos inútiles e inservibles, tal parece que está en el frontispicio de muchas personas. Pero, claro, oiga, a lo mejor estas personas se conforman con ser los más ricos del cementerio.

Hay personas que les corroen los vicios, la envidia, haciéndoles caer en el precipicio de las pasiones y los ardores, amén de actuar con una ligereza descomunal que las lleva a planear proyectos irrealizables, importándoles un ledo, dos cominos y tres dídimos sus miserias y desdichas, y las de los demás.

Otras, generalmente pertenecientes al campo de la política, con una labia de cháchara y verborrea, llenas de demagogia, populismo y logomaquia, se esfuerzan para manifestar y demostrar su genio o ingenio, perdiendo el tiempo a lo tonto, cuando podrían emplearlo en cosas verdaderas y reales.

En fin, el tiempo pasa, pero nada se aprende. Ahí siguen los mezquinos, los iracundos y rabiosos, los que crean enemistades, odios, conflictos, problemas, asechanzas y emboscadas, siendo incapaces de mirar retrospectivamente para para aprender del tiempo pasado. Con estar rodeados de una horda de aduladores serviles, y de panegiristas y apologistas, no les importa que pase el tiempo.



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