Y continuamos “recuperando la memoria histórica” de aquella nefasta
revolución de 1934.
Como ya saben, los de la internacional de la mentira, del odio y del
terror, disculparon, y disculpan, a Largo Caballero por su actuación y dichos
sobre la revolución de octubre de 1934, así como los sucesos y acontecimientos
independentistas de Cataluña en aquellos años.
Para empezar, diremos que el citado Largo Caballero mintió al Fiscal cuando éste le preguntó por su por su actuación y fomento en la citada revolución de octubre de 1934. Y mintió porque dijo que dicha revolución se había producido por la entrada en el Gobierno de miembros de la CEDA, a los que se les tachaba de “enemigos de la República” por el mero hecho de ser católicos. Esto que escribimos, aún lo decía un pedante infumable marxista no hace mucho tiempo, diciendo también que sobre este tema había que “cuidar las fuentes”, siendo la suyas las verdaderas, obviamente.
Largo Caballero decía:
"La democracia es solo el primer paso hacia la consecución de la
dictadura del proletariado. Que nadie dude que el poder será nuestro, por las
buenas o por las malas".
"Para deshacernos de nuestros enemigos, debemos tener nuestro propio
terror socialista. Debemos atraer a nuestro lado digamos a noventa de los cien
millones de habitantes de la Rusia soviética. En cuanto a los otros, no tenemos
nada que decirles. Deben ser aniquilados". Mítin del 15 de febrero de
1936 en el Teatro Cine Europa de Madrid.
Como hay que “cuidar las fuentes”, veamos lo que nos dice Enrique Moradiellos en “El Basilisco” ( I ), número 27, enero-junio 2000, en “El gobierno británico y Cataluña durante la República y la guerra civil. Del oasis catalán al infierno de la revolución social”, páginas 21 a 36. En la 23 se lee, refiriéndose a lo que decían por aquel entonces las autoridades británicas:
“La entrada en el gobierno del partido radical de cuatro ministros católicos de la Ceda, de ningún modo justificaba la respuesta socialista”.
La propaganda de aquellos años insistía con el tema de la CEDA para justificar la revolución. Así, “El Socialista” publicó que “transigir con la CEDA es conformarse buenamente con la restauración borbónica . . . ¿Se vienen a eso los republicanos? Nosotros, no” ( I I ).
En fin, como había que ir a la revolución, la entrada en el gobierno de la CEDA (en realidad sólo fueron tres ministros), fue la disculpa y el pretexto para que estallase dicha revolución.
(
I ).- En esta
fuente de “El Basilisco”, también escribía el pedante marxista mencionado
antes.
( I I ).- “El bienio negro y la insurrección de Asturias”, autor Juan Simeón Vidarte, Ediciones Grijalbo 1978, página 239.
Continuará.
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