Como decíamos en la anterior entrega, la marquesa de
Galapagar Irene Montero, cuando falleció el tirano y cruel Fidel Castro en
noviembre de 2016, gimoteaba diciendo que “Fidel
se va. Deja su referencia en la lucha por la dignidad de los pueblos, la soberanía,
la belleza y la vida”. Sin comentarios. Vamos a recordarle a esta “miembra”
cosas sobre Cuba que, como es lógico, calla, omite y silencia.
En “la lucha por
la dignidad de los pueblos”, dentro de la sociedad cubana hay grupos de privilegiados,
siendo tres los más importantes:
a).- En primer lugar están los “comandantes” y altos
miembros y jefazos del Partico Comunista.
b).- El segundo lugar lo ocupan los “oficiales de las
fuerzas armadas hasta el grado de capitán”.
Y c).- Los administradores.
Aparte de estos tres grupos hay otros que, sin tener
las prebendas y privilegios de los anteriores, tiene una forma de vida muy
superior a la del “pueblo soberano”: son los componentes de la seguridad del
Estado, los jerifaltes de las organizaciones de masas, las figuras deportivas y
los extranjeros.
En otra escala inferior, están las personas que, por
cualquier asunto tienen acceso al dólar, ya sea porque se los envían sus
familiares desde Miami, o bien por “prestar algún servicio” a los turistas.
¿Sabe la citada marquesa de Galapagar lo que son los
“repartos”? Pues sencillamente son urbanizaciones residenciales, como los de
Miramar, Nuevo Biltmore, Nuevo Vedado, Siboney, etc, etc, en donde la élite
castrista disfruta de todo tipo de privilegios, privilegios que se ven hasta en
el servicio sanitario.
Como ya se sabe, el Estado tiene el total control
sobre la medicina, no existiendo la privada, aunque hay clínicas, como por
ejemplo la antigua de Miramar que está reservada para extranjeros y para la
élite del sistema.
¿Será “la
dignidad de los pueblos” la que usa el sistema empleando todo tipo de coerciones
e imposiciones, ya sean psíquicas o físicas, para imponer el pensamiento único
comunista, atentando gravemente contra la libertad?
Suponemos que esta marquesa sabrá lo que decía Stalin
en su día: hacer de cada ciudadano un policía. Para este asunto, es decir, para
que el “pueblo soberano” no pueda manifestar sus quejas y protestas, el sistema
ejerce un bestial control tanto militar como ideológico. Para esto hay un
“Comité de defensa de la Revolución” en casi todas las “cuadras”. Los miembros
de este Comité se encargan de vigilar todo lo habido y por haber.
“La
dignidad de los pueblos” puede verse, por ejemplo, en el
muelle de Paula, en donde se verán a niñas prostituirse porque no les que otra
que “pujilatear” el dólar.
“La
dignidad de los pueblos” queda expuesta en Cuba por los
“actos de repudio”. Que nos diga esta marquesa por qué allí no hay huelgas, ni
partidos políticos, ni sindicatos, ni muchas cosas más.
Claro que la “soberanía”,
señora marquesa, se logra haciendo que vote el 99 % y que el 100 % de los
que votan lo hagan unánimemente, sabiendo de ante mano quién va a ganar las elecciones.
Lea usted, señora marquesa, el Artículo 54 de la
Constitución cubana, y verá la gran mentira. Dice el artículo:
“El
Estado reconoce, respeta y garantiza a las personas la libertad de pensamiento,
conciencia y expresión”.
Continuará.
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