Y continuamos con el “programa”.
En lo referente a terrorismo y
seguridad, proponen “Fin de las políticas antiterroristas y de seguridad
ciudadana que vulneren la libertad de expresión, derechos de asociación, manifestación
y protesta”.
La verdad es que esto
no tiene nombre ya que, entre otras cosas, es una burla y una ofensa para las
víctimas del terrorismo. Y lo de siempre: ¿en qué país comunista hay “libertad de expresión, derechos de
asociación, manifestación y protesta”.
En cuanto a la religión, la cosa es incalificable. Hablan en el
programa de
“eliminación de los
privilegios fiscales de la Iglesia Católica».
Vamos a ver, ignorantes: la Iglesia no depende en absoluto de
los fondos públicos para su sostenimiento y mantenimiento. Las tres cuartas
partes de su financiación proceden de los donativos de los fieles, y la cuarta parte restante viene de la casilla
“X” del IRPF, casilla que marcan más de 9 millones de españoles.
Por otra parte, estos tipos ignoran el acuerdo de
financiación firmado en el 2006 con el gobierno socialista de Zapatero, acuerdo
que supondría que la Iglesia no recibiría ni un euro en el caso de que los
españoles dejasen de marcar la casilla “X”.
Al mismo tiempo, la Iglesia carece de privilegio alguno en lo
que respeta al IBI. Si bien es verdad que no lo paga, tampoco lo pagan muchas
organizaciones no gubernamentales, ya sean federaciones deportivas,
fundaciones, etc, etc, que de alguna manera contribuyen al bien común.
Y siguen con el odio a la Iglesia, ya que proponen “la desaparición de todos los marcos
normativos que promuevan la actuación de las organizaciones religiosas en las
estructuras públicas».
Esto es una burrada, ya que supone saltarse a la torera el artículo
16 de la Constitución que dice:
Artículo 16
1. Se
garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las
comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para
el mantenimiento del orden público protegido por la ley.
2. Nadie
podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
3. Ninguna
confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las
creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones
de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.
En fin, sin comentarios.
Continuará.
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