martes, 3 de septiembre de 2019

Listas abiertas. “Dedocracia”, no



Ya lo hemos dicho muchas veces: cuando hay elecciones, no somos electores, sino votantes. Esto está archidemostrado.
La propaganda nos bombardea constantemente con aquello del “pueblo soberano”. Esto es mentira: no puede haber soberanía del pueblo cuando se emplean listas cerradas, como ocurre actualmente en esta desguazada España.

Bien es cierto que se puede elegir, pero se elige a los que previamente el aparato del partido han elegido a su vez, lo que hace que en realidad no se elija, sino que se vote a los que el partido ordena y manda.

Además, hay otra cosa: en esas listas cerradas, elaboradas previamente por las cúpulas de los mentados partidos, ¿qué criterio se emplea para que una persona figure en los primeros lugares de las citadas listas, y otras en los últimos? ¿Habrá amiguismos y componendas de todo tipo, que sólo miren los intereses del partido y no de los ciudadanos?

Otro asunto. Imaginemos una lista de diez candidatos, e imaginemos también, que el preferido del “pueblo soberano” figura en el último lugar. Si se obtienen, por ejemplo, nueve diputados, el deseado candidato se quedará fuera.

En fin, no nos cansaremos de repetirlo: si se elige al candidato por medio de listas abiertas, él será el verdadero responsable ante el electorado, cosa que no ocurre con las listas cerradas, ya que las personas que han sido elegidas sólo responden ante sus partidos, que son los que los han designado a dedo. Entonces ya no habrá democracia, “sino dedocracia”.



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