Julián Besteiro Fernández fue uno de los escasísimos
militantes del PSOE que tenía la cabeza sobre los hombros y los pies en la
tierra, ya que su moderación y sensatez así lo demostraban.
Nació en Madrid en 1870, obteniendo la licenciatura de
Filosofía y Letras en la Institución Libre de Enseñanza. Con tan sólo 42 años
(1912), obtuvo la cátedra de Lógica en la Universidad Central de Madrid.
En 1914, una vez elegido vicepresidente de la UGT,
ingresó en el PSOE.
En 1931, una vez proclamada la República, fue elegido
presidente de las Cortes Constituyentes, aunque un año antes había dimitido
como presidente del PSOE, después de oponerse a una acción revolucionaria,
siendo derrotado un año después por el radical y marxista Largo Caballero en
las elecciones a la presidencia del PSOE.
En 1935 pasó a ser miembro de la Academia de Ciencias
Morales y Políticas, pronunciado un discurso intitulado “Marxismo y
Antimarxismo”, que venía a ser como una crítica a la línea política de Largo
Caballero. Como ya saben, la bolchevización del PSOE duró tres años entre los
radicales de Largo y los moderados de Besteiro.
En 1936 se publica el libro “Anticaballero”, escrito por Gabriel Mario de Cosa, hombre de
confianza de Besteiro, en el que se ve la tenebrosa política de Largo Caballero,
que era la misma que la del marxismo-leninismo: ir a la guerra para acabar con
todos los enemigos políticos y sociales, y establecer la dictadura del
proletariado.
Este gran personaje, honesto, valiente y
extraordinario, decidió quedarse en Madrid junto a sus electores que confiaban
en él nada más y nada menos que desde 1918, no huyendo cuando la cobarde desbandada
general de noviembre de 1936.
Se negó a participar en los mítines comunistas
stalinianos que, bajo el nombre de “Congresos Culturales”, servían para difundir
la propaganda del sistema comunista.
Su actitud era tan honesta, que rechazó la embajada de
España en Buenos Aires, que Juan Negrín le había ofrecido, quedándose con su
puesto de concejal en el ayuntamiento madrileño.
Durante la Guerra Civil se opuso al protagonismo de
los comunistas. En 1939 formó parte del Consejo de Defensa Nacional, que
intentó negociar la terminación de a guerra, siendo detenido en marzo de ese
mismo año y condenado a 30 años de prisión, muriendo en la cárcel de Carmona
(Sevilla) en setiembre de 1940.
Si todos los personajes de aquella nefasta República
hubiesen sido como D. Julián Besteiro Fernández, seguro que no se hubiese
derramado tanta sangre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario