Ya hemos escrito en este blog, y en otros sitios,
varios artículos sobre el marxismo en general, y sobre el comunismo en
particular, aunque prácticamente sean ambas cosas lo mismo, por derivación.
Quizá las características principales de esta doctrina sean las enunciadas en
el título, aunque también las de inviable, dogmática, intransigente,
presuntuosa y pedante, encajen perfectamente en ella.
En este primer capítulo sólo vamos a ver unas frases dichas
por los creadores de la vulgata marxista, comenzando, como no podía ser de otra
manera, por F. Engels y K. Marx quienes, respondiendo al anarquista Mijail
Bakunin, decían:
“La
próxima guerra mundial hará que desaparezcan de la superficie de la tierra no
solamente clases y dinastías reaccionarias, sino también pueblos reaccionarios
enteros. También esto forma parte del progreso”
El judío Marx: “Todas
las casas, hoy día, están marcadas con una misteriosa cruz roja. El juez es la
historia, el ejecutor de la sentencia es el proletariado”.
Otro dirigente comunista, Zinoiev, apostillaba en
1.918:
“Para
deshacernos de nuestros enemigos, debemos tener nuestro propio terror
socialista. Debemos atraer a nuestro lado digamos a noventa de los cien
millones de habitantes de la Rusia soviética. En cuanto a los otros, no tenemos
nada que decirles. Deben ser aniquilados”.
Otro
soviético destacado, ILYA EHRENBURG, jefe de propaganda del
Ejército Rojo, de familia judía, autor de varios libros entre ellos “España, república
de trabajadores”, publicada en 1.932, dice en su obra “Las
extraordinarias aventuras de Julio Jurenito y sus discípulos”:
“En
un futuro próximo tendrá lugar la aniquilación solemne del pueblo judío. En el
programa figuran, además de las persecuciones tradicionales, altamente
apreciadas por el público, los siguientes métodos de aniquilamiento, mucho más
avanzados según el sentido de los tiempos: quema de judíos, enterramientos en
vida, riego de los campos con sangre judía, así como los métodos totalmente
nuevos, de evacuación y depuración de los elementos indeseables. Están
invitados todos los cardenales, obispos, lores ingleses, aristócratas romanos,
rusos liberales, periodistas franceses, miembros de la familia Hohenzollern...,
así como todos aquellos que deseen participar (...) Querido camarada, no dudo
en absoluto de que el reino de la libertad amanecerá un día, probablemente
cuando hayan sido aniquilados los últimos hombres de nuestro planeta”.
"¡Soldados del Ejército Rojo, arrancad por la violencia el orgullo racial de las mujeres alemanas!... ¡Violad, destruid, matad!".
Lenin, que según un pedante marxista gramsciano infumable era el “personaje más importante del siglo XX”, y del que Pablo Iglesias dice que era “un genio”, en una carta a Máximo Gorki decía:
“Toda idea religiosa, toda idea de Dios es una abyección indescriptible de la especie más peligrosa, una epidemia de la especie más abominable. Hay millones de pecados, hechos asquerosos, actos de violencia y contagios físicos que son menos peligrosos que la sutil y espiritual idea de dios engalanada con los ropajes ideológicos más elegantes”.
En el periódico soviético “Pravda”, se publicaba en agosto de
1939:
“No es preciso demostrar que a un sistema
educativo comunista de los trabajadores de la URSS uno de los primeros puestos
debe ser ocupado por la lucha contra las supervivencias religiosas. . . La
propaganda antirreligiosa constituye una parte imprescindible de nuestra
ordinaria propaganda del marxismo leninista. . . Muchos órganos soviéticos no
comprenden que la propaganda antirreligiosa en nuestro país tiene un carácter
estatal”.
También decía en marzo de 1922:
“Debemos declarar ahora al clero una
guerra decisiva y despiadada y someter su resistencia con una brutalidad que no
olviden durante décadas. Cuantos más representantes de la burguesía y el clero
reaccionarios consigamos ejecutar en este asunto, mejor”.
Karl Marx profetizaba con gran pedantería:
“No hay más Mesías que la clase obrera que
traerá la redención del mundo, luchando contra los hijos e las tinieblas, los
burgueses. La explotación del trabajador es el pecado original. La sociedad del
futuro es el reino escatológico, en que pacerán juntos corderos y lobos, y la
tierra no dará espinas sino frutos suculentos. La organización proletaria, el
Partido son el pueblo de Dios en marcha hacia ese reino mesiánico. La fábrica
es el pueblo; el trabajo, la oración”.
En el año 1.917 se celebró en Moscú el llamado “Juicio del Estado
Soviético contra Dios”, presidido por el comisario de Instrucción Pública
Anatoli Lunacharsky. El tribunal decretó a Dios culpable de los cargos
imputados, por lo que se le condenó a muerte. La sentencia fue ejecutada por
medio de una salva de fusilería dirigida al cielo.
El mentado Lunacharsky, que estaba designado a ser el embajador de
la URSS en la España republicana, pero que no pudo acceder a tal puesto porque
murió en 1933, decía:
“La religión es como un clavo. Cuanto más
se lo golpea en la cabeza, más penetra”.
“La liquidación del cristianismo tiene que
estar terminada en Rusia para 1.980”. (Kruschev, 1.962).
Vean también lo que dice Dzerjinsky, creador de la cheka, futura
KGB:
“La coacción proletaria bajo todas sus formas, empezando por las ejecuciones capitales, constituye un método encaminado
a crear el hombre comunista”.
En fin, podíamos seguir y seguir, pero con esta
pequeña muestra está dicho todo.
En los próximos artículos veremos un poco la
historia del comunismo y de la URSS. También veremos cómo las ideas marxistas
han quedado estabuladas en algunas mentes de lo políticamente correcto,
trayendo unas consecuencias nefastas para el mundo occidental.
Continuará.
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