Como decíamos en las anteriores entregas, vamos a
dedicar unas a D. Manuel Azaña Díaz, Presidente de la Segunda República
Española, Presidente del Consejo de Ministros de España, Ministro de
Guerra, Diputado en la Cortes de la
República por Madrid, Valencia y Vizcaya, que fallecía en este mes de noviembre
concretamente el día 3, pero de 1940, en Montauban (Francia), a los 60 años de
edad. Había nacido en Alcalá de Henares en enero de 1880.
Durante su mandato, practicó todo tipo de violencia y
represión contra manifestaciones, revueltas, sublevaciones y alborotos. Vamos a
recordar algunas.
a).- Como ya sabrán, en enero de 1932 hubo un motín
revolucionario de anarquistas en Cataluña. Ante esa situación, ordenó al
general Batet que se actuase “con la mayor violencia, se fusilará a quien se coja con las
armas en la mano”. Un año después, también dio la misma orden en Casas viejas,
con un montón de muertos.
b).- En el año 1933, hubo una sublevación también
anarquista en Cádiz, que estaban hasta la coronilla tanto de Azaña como del
PSOE. El propio Azaña escribiría:
“Se
han mandado órdenes muy recias. Espero acabarlo esta misma noche”.
c).- En le mentado pueblecito de CasasViejas, la policía suya
quema una pequeña chabola de anarquistas, en la que había seis hombres, con dos
mujeres y un niño, fusilando a más de una docena de campesinos. Sobre este
asunto, escribe en su diario:
“En
Casas Viejas han hecho una carnicería”. Lo ocurrido es muy necesario, dada la
situación del campo andaluz”. No ha ocurrido sino lo que tenía que ocurrir,
quisiera saber quién sería el que hubiera encontrado otro procedimiento”.
José Antonio Balbontín Gutiérez, miembro del Partido Republicano
Radical Socialista, y posteriormente perteneciente al Partido Social
Revolucionario, y finalmente miembro del Partido Comunista de España, decía en
las Cortes:
“Azaña encontraba legítimo acudir a la conciencia europea contra la
brutalidad del rey, resulta que sois infinitamente más brutales que la
monarquía, porque quemar una casa vieja con mujeres y chiquillos dentro, no lo
hizo nunca don Alfonso”.
d).- Por otra parte, era un sujeto que insultaba a todo el mundo,
como lo prueba lo escrito en sus “Memorias”. Así, por ejemplo, odiaba a los
Pérez de Ayala, Uamuno, Ortega y Gasset y varios más, y los odiaba por ser infinitamente
superiores intelectualmente a él. Curiosamente también odiaba a sus amigos,
tales como Indalecio Prieto, Largo Caballero y otros, por considerarlos
intelectualmente inferiores.
En fin, en estos artículos hemos visto someramente la calaña de
Manuel Azaña. Todo lo que hemos escrito, y muchas cosas más, se pueden leer en “Causas de la Guerra de España”, “La velada
de Benicarló”, “Memorias políticas y de guerra”, “Diarios 1932.1933”, obras
del propio Azaña, así como “Convulsiones
de España” y “Textos escogidos”, de
Indalecio Prieto.
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