Nos están abrasando a
impuestos, transmitiéndonos la idea de que es un deber colaborar con el Estado,
que es el que nos va a sacar las castañas del fuego.
No cabe duda de que hay que
pagar impuestos. Pero cuando éstos caen en manos de un inepto gobierno marioneta
que regenta este Estado, manos que son poco escrupulosas y despilfarran y
malgastan dichos impuestos, el asunto cambia. Además, esas manos no suelen
rendir cuentas del destino del dinero, y están amparadas por leyes que les
permiten evadir culpas y responsabilidades, creando y originando todo tipo de
corrupciones, tipo ERES y demás, con lo que la equidad y la justa distribución
brillan por su ausencia, pues eso, a lo mejor están pensando en otro tipo de
Estado como aquél en el que, según la propaganda, todos cobraban, pero no había
nada que comprar, y en el que “todos eran dueños de todo”, y en el que a pesar
de la inconformidad y del descontento, la población votaba unánimemente al
sistema. Hasta que derrumbó, claro.
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