Esto es lo que hicieron, y hacen, socialistas y
comunistas, preferentemente estos últimos, negando los crímenes y asesinatos
que cometieron en medio mundo, y sobre todo los cometidos durante la Guerra
Civil Española. Para algo está la “memoria histórica”, oiga.
Niegan y silencian los crímenes cometidos contra
personas por el simple hecho de ser cristianos, y por otros motivos.
Niegan y silencian la masacre de Paracuellos de
Jarama, organizada por el criminal Santiago Carrillo, masacre en la que
perdieron la vida cincuenta niños.
No se comprende muy bien como una ideología
totalitaria, asesina y antidemocrática, que ataca todo tipo de libertades y
derechos humanos, que ha provocado más de cien millones de muertos, se la
permita que esté legalizada, ya que la Constitución Española en su artículo
sexto dice sobre los partidos políticos:
“Su creación y el ejercicio de su
actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su
estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”.
Lo peor del caso es que se pacte con esta gente, como
lo está haciendo el nuevo inquilino de la Moncloa. No le importa ni la
demagogia, ni la logomaquia, ni el odio que destilan.
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