Creado el 16
julio, 2018 por Pío Moa
Como uds saben, muchas
personas consideramos a Franco un gran estadista, probablemente el de más
altura que ha tenido España en varios siglos. De esa opinión se deduce la
capital importancia, moral y política, de respetar y mantener su memoria como
una inspiración y orientación permanente, pese a que su régimen no pueda
volver. Uds, en cambio opinan que fue un tirano sanguinario que
acabó con las libertades, un criminal comparable a Hitler, como repiten a
menudo, y cuya memoria debería ser denigrada y sus hechos condenados, a cuyo
efecto han impuesto una ley llamada “de memoria histórica”.
No les niego a uds el
derecho a sus opiniones, como defendemos el nuestro a las nuestras; derecho
otorgado por la ley, no por ustedes. Pues, como en
el caso de la ideología LGTBI, ustedes están tratando de aniquilar los derechos
y la libertad de quienes discrepamos de sus ideas. A ese fin han impuesto una
ley radicalmente antidemocrática: en ninguna democracia se impone por el poder
una versión de la historia. De acuerdo con ella pretenden uds. eliminar no solo
el derecho a otras opiniones, sino también las libertades de expresión,
investigación y cátedra. Es decir, están tratando de destruir la democracia,
pues las libertades son indivisibles, y al atacar las de unos se atacan
las de todos, utilizando el poder tiránicamente. Cosa que no debemos consentir
so pena de degenerar en un país de siervos.
Por otra
parte, la libertad de expresar opiniones no convierte a ninguna en veraz,
pues la veracidad no depende de derechos, sino de hechos. Y nuestra
opinión se sustenta en los siguientes: Franco dio paso a la paz interior
más larga en varios siglos, que todavía dura, tras la
guerra civil. Ganada esta libró a España de las atrocidades de todos los
bandos en la guerra mundial y venció al maquis, una peligrosa guerra de
guerrillas comunista. Derrotó asimismo un aislamiento criminal (pues intentaba
crear en España una gran hambruna), impuesto conjuntamente por regímenes
comunistas, dictaduras varias y democracias. Los odios que habían desgarrado la
república desaparecieron pronto, y, por abreviar mucho, el franquismo dejó un
país próspero como una de las diez mayores potencias industriales del mundo,
sin apenas analfabetismo, con tasas de crecimiento nunca alcanzadas antes o
después, con una de las esperanzas de vida mayores del mundo, y la mejor salud
social de Europa en términos de delincuencia y población penal, suicidios,
droga y alcoholismo, prostitución, fracaso familiar y escolar, etc. Y ya que a
ustedes les gusta equiparar a Franco con Hitler, el alemán dejó a su país en
ruinas, mientras que el español hizo lo contrario, y solo este dato echa por
tierra sus comparaciones. Permítanme añadir que esto no son opiniones, sino
hechos bien constatables y constatados, por mucho que ustedes procuren
desfigurarlos u ocultarlos. Dicho de otro modo, Franco dejó un país
apto para una democracia no convulsa, muy distinta de la república y del Frente
Popular, pues las democracias no funcionan en sociedades míseras y plagadas de
odios.
No obstante, para ustedes el hecho mismo
de ganar la guerra civil sería la máxima culpa, que borraría cualquier otro
mérito, porque habría derrocado a un régimen legítimo, democrático y salido de
las urnas. ¿Fue así? ¿Salió de las urnas el Frente Popular? Hoy sabemos sin
lugar a dudas que aquellas elecciones de febrero de 1936 fueron fraudulentas,
destruyendo la legalidad republicana. En otras palabras: si uds llaman
democráticas a aquellas urnas, ya sabemos la clase de “democracia” que uds.
defienden. Ahora bien, la destrucción de la legalidad es lo más grave, pues con
ello se impide la convivencia en paz y libertad entre las distintas
orientaciones e intereses existentes en todas las sociedades. Y uds vuelven a
intentarlo hoy al introducir solapadamente leyes totalitarias como la LGTBI o
esta de memoria histórica. Por lo demás, el fraude electoral del 36 fue seguido
de cinco meses de orgía de incendios y crímenes que el propio Azaña consigna,
con 300 muertos y ruina económica, culminados en el asesinato del jefe de la
oposición, Calvo Sotelo, culpable de denunciar aquella tiránica e intolerable
situación. Estos también son hechos indiscutibles y bien
documentados, que uds pretenden ocultar despóticamente.
Y contra la censura que
quieren implantar uds. conviene recordar qué fue el Frente Popular derrotado
por Franco: una alianza de hecho entre separatistas y totalitarios, en la que
participaba su partido, el PSOE. Un régimen que amenazaba
gravemente la integridad nacional y empujaba hacia un totalitarismo de tipo
soviético, uno de cuyos puntos clave era el exterminio de la cultura
cristiana y de la propia Iglesia, un verdadero genocidio. Esto
tampoco es opinión, porque los documentos de su partido, que he recopilado en
varios libros, lo exponen literalmente. Y ese fue el sentido de la guerra: un
conflicto, llevado al extremo por el arrasamiento de la legalidad, entre
quienes querían tales cosas y quienes trataban de impedir el comunismo,
mantener la unidad nacional y la cultura cristiana.
Tal fue la causa y contenido de la guerra. Pero uds.
pretenden difuminarlo con un vocerío incesante, subvencionado con dinero
que no es suyo, sobre los crímenes que habrían cometido los nacionales. Hasta
hablan de fosas comunes como en Camboya equiparando ahora los supuestos
crímenes del franquismo con los del comunismo.
Volvamos de nuevo a los hechos. Toda
guerra ocasiones por los dos lados víctimas y crímenes, porque la ruptura de la
legalidad rompe a su vez todos los frenos. Uds llevan veinte años gastando
dinero de todos en excavaciones y sobre todo en propaganda. En tanto tiempo han
sacado unos 2.000 restos, entre los que se encuentran personas fusiladas,
caídas en batalla enterrados con premura, y hasta huesos de cabras y perros que
han intentado hacer pasar por humanos, como en Órgiva. No han dado un informe
fidedigno de tantos años de excavaciones ni han hallado una sola fosa masiva
como la que uds produjeron en Paracuellos. En cambio se han inventado cien mil
restos por descubrir, lo de Camboya, cunetas, etc.,
Por otra parte, presentan uds
sistemáticamente a los fusilados como honrados republicanos asesinados por sus
ideas. Sus ideas eran precisamente la disgregación de España y la implantación
de uno o varios regímenes totalitarios. Y tampoco fueron fusilados por eso,
sino por crímenes concretos como el de Paracuellos y tantos otros cometidos por
aquellos honrados idealistas, a menudo con sadismo escalofriante. También
olvidan uds que aquellos idealistas tenían tal afición a la guerra civil que la
practicaron entre ellos mismos, con numerosos asesinatos y torturas. Hechos.
Y, para concluir,
olvidan que los jefes socialistas huyeron al exilio llevándose grandes tesoros
expoliados y abandonando a su suerte a sus sicarios. Así, cayeron estos en
manos de los vencedores, que los juzgaron, ejecutando a unos doce mil.
Sin duda caerían algunos inocentes, dada la emocionalidad de la época, pero lo
común fue lo contrario. Y estos son los hechos básicos que importa mucho
explicar una y otra vez para poner en su lugar la infame e ilegítima propaganda
en curso.
Terminaré con otra acusación muy esgrimida
por uds., presentándose como apóstoles de la libertad, que habría sido
suprimida por el franquismo. Si libertad era y vemos que sigue siendo, la del
totalitarismo, mientras que el franquismo mantuvo la libertad personal. Importa
discernir entre libertad personal y libertades políticas. En el
franquismo hubo amplia libertad personal, como certifica el alto grado de salud
social arriba mencionado. En cambio fueron restringidas las libertades
políticas, especialmente para comunistas, terroristas y separatistas, cosa
inevitable porque ellos habían hecho imposible la convivencia pacífica entre
los españoles. La libertad personal en el franquismo, señalada por Julián
Marías, explica también que Franco no tuviera oposición democrática, quitando
pequeños amagos e intrigas. La oposición fue comunista y/o terrorista. La
“libertad” del PSOE era, y como vemos sigue siendo, la del totalitarismo, que
anula tanto la personal como las políticas.
Su partido, el PSOE, señoras y señores del
gobierno, tampoco hizo oposición reseñable al franquismo (la hace ahora,
claro). Y sin embargo fue durante la república más totalitario y
guerracivilista que el PCE. Y fue el que puso al Frente Popular en manos de
Stalin al entregarle ilegalmente las reservas financieras del país. Hechos,
nuevamente. En la guerra, el PSOE perpetró, como lo demás, innumerables asesinatos y torturas, pero se
distinguió especialmente por sus corrupciones en la adquisición de armas y por
el expolio sistemático de bienes privados, incluso de las pequeñas alhajas de
gente humilde depositadas en los montes de piedad, y sobre todo del patrimonio
histórico-artístico español. La disputa entre Prieto y Negrín en el exilio por
el tesoro del yate Vitaresume perfectamente esa realidad. Uds ensalzan
mucho a Negrín, y por algo será. Y luego no tuvieron el valor de
los comunistas para proseguir la lucha contra Franco.
Uds hablan de juzgar
políticamente a quien les derrotó y de montar una “Comisión de la Verdad”, que
en sus manos solo puede ser un sarcasmo. Verdaderamente, su descaro y osadía no
tienen límites, como cuando invocaban sus imaginarios “cien años de honradez”.
La verdad, condensada muy brevemente en esta carta no precisa comisión porque
está investigada. Sí convendría una Comisión de la Información,
porque es una verdad sistemáticamente ocultada por ustedes y sus
subvencionados.
La historia se resume así: totalitarios y
separatistas destruyeron la legalidad republicana y causaron la guerra civil.
El régimen de Franco superó aquellos males y la miseria y los odios, creando
condiciones para una democracia real. Y de nuevo ustedes, junto con los separatistas y con apoyo implícito del
PP, están arrasando los fundamentos de la democracia, atacando la libertad de
todos y creando condiciones para nuevos conflictos.
Y finalmente, ¿qué revelan sus ataques a
la libertad y su imposición violenta de la censura? Revelan precisamente
la debilidad de sus propias opiniones, incapaces de sostenerse en un debate
abierto y civilizado, por lo que solo podrían apoyarse en el silenciamiento del
discrepante.
Les invito a reflexionar sobre
estas cosas y, sobre todo, invito a las personas de espíritu democrático y
amantes de la libertad y de España, a llevar a cabo la necesaria batalla
cultural y por las ideas. Porque de ello depende la continuidad de España y de
la democracia.
Fuente: www.piomoa.es
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