“En
cuanto a sus fines, ¡por Hércules!, es imposible considerarlos como ratos de
reposo, cuando se les ve con qué solicitud colocan su vajilla, con qué
rebuscamiento remangan las túnicas de sus eunucos, con qué ansiedad siguen el
paso de un jabalí desde la cocina a la mesa, con qué celeridad, dada la señal,
sus esclavos depilados se apresuran a su cometido; con qué arte cortan las aves
en finas tiras; con qué cuidad los
desdichados pequeños esclavos limpian sus vómitos de borrachos.
Este es el modo
de hacerse una reputación de magníficos y delicados, y sus vicios los acompañan con tanta
constancia en todos los períodos de su vida, que no pueden comer ni beber sin
ostentación”. ( I )
El que quiera entender, que entienda.
( I ).- “De la brevedad de la vida y otros tratados”, autor Séneca,
Editorial Mediterráneo 1985, página 27.
Continuará.
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