Vamos a insertar palabras que, trastocando sus letras,
resultan otras de sentido completamente distinto, viéndose la riqueza de
nuestro idioma.
La palabra cerdo, según el Diccionario de los “inmortales”
de la RAE significa, entre otras cosas, “persona sucia”, y también “persona
grosera”. Si cambiamos las letras a esta palabra, salen cedro y credo.
Por otra parte, si hacemos lo mismo con la palabra
presidente, saldrán despierten, predestine y pretendéis
Continuará.
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