Ya saben que nos gusta
“recuperar la memoria histórica”, pero la reciente. Vamos a ello.
Como recordarán, con
“Zetapedos” ya en el gobierno, en el verano de 2004 un grupo de musulmanes
residente en Cataluña, perdón, “Catalonia”, pidieron a los alcaldes comarcales
de Segarra y Urgell, que en las piscinas públicas municipales hubiera sitios
distintos para mujeres y niños con el objeto de que no puedan ser vistos por los
hombres. Proponían hacer una separación por medio de una valla entre hombres y
mujeres o, en el mejor de los casos, establecer un horario en el que sólo irían
las mujeres.
Estos musulmanes proceden
mayoritariamente de Marruecos y Argelia, en donde existe realmente esta
separación de zonas de baño, así como en el resto de países musulmanes.
Nosotros esperábamos con
ansia que las fibras íntimas de la sensibilidad feminista y humanitaria de esas
solidarias de profesión, se estremeciesen. Pero no, oiga, callaron cobardemente.
Ni Leire Pajín, ni Amelia Valcárcel Bernaldo de Quirós, así como todas esas
“sujetas” del complexo zapaterista, salieron a la palestra.
No queremos pensar la que se
armaría si tal proposición hubiese partido del cristianismo: saldrían a la
calle con pancartas, panfletos, slóganes, etc, lanzando a las masas como
turbinas contra “la infame”. La cobardía no puede ser mayor. Pero, claro, para
eso son de izquierdas.
Sobre este tema hay una
diferencia sustancial entre la gente de izquierdas y de derechas. Así, cuando
una persona es de derechas y atea y no quiere saber nada de Dios, ni de
iglesias, ni de mezquitas ni de sinagogas, no pasa nada. Pero, ¡ah!, cuando es
de izquierdas y tampoco quiere saber nada de Dios, sin embargo pretende quitar
todo símbolo religioso de escuelas, hospitales, lugares públicos, etc y
protesta contra cualquier síntoma que aluda a la religión cristiana. Contra el
Islam no dicen ni mu porque el miedo los atenaza. Estos son los “demócratas de
toda la vida”.
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