España multigobernada
Sí, lo sé, aquí se expresan
opiniones personales; de eso soy plenamente consciente, no tengo duda ninguna,
pero si yo digo que el pueblo llano español, el ciudadano normal, opina que
está pagando un precio excesivo y al tiempo recibiendo un desproporcionado
castigo en todos los aspectos por la ambición de un solo hombre de mantenerse
en el poder, no creo que esté exponiendo algo que no se está haciendo evidente y palpable.
El espectáculo que nos están dando
un día y otro día los componentes del bi-gobierno elaborado para complacer a
todos los que hicieron posible la toma del poder de la forma más artificiosa e
injusta de nuestra historia, es algo que conduce al bochorno y a la vergüenza,
solamente contemplando la supina ignorancia de unos y unas, y la inoportunidad
y absurdo de las ideas y proyectos que, en el uso de su autoridad se les van
ocurriendo a otros y otras.
De carcajada serían estas ideas y
estos proyectos si no fueran acompañados del peligro de que sean puestas en
práctica para desdicha y ruina tanto de nuestra cultura como de nuestra
economía y, naturalmente, del simple discurrir de nuestras vidas en las que se
está sembrando un desconcierto tal que a veces nos hace pensar si todo ello no
será más que un mal sueño o una desgraciada pesadilla.
Por
poner un ejemplo fijémonos en esa pretendida ley sobre la igualdad de sexos que
se está elaborando entre discrepancias lógicas a causa de tanto ministerio y
tantas competencias: sin tardar mucho, al despreciar esa ley con tanta
insistencia y sapiencia la ley natural, parece que ya no vamos a saber, de una
mujer encinta, si va a ser madre de un hijo o de una hija (ecografías inútiles)
ya que el sexo debe ser elegido a posteriori (tendrán que fijar fechas para su
elección) por el que en su un momento fue neonato.
Y no
sé cómo se me ocurre hablar de madre pues a causa de esa elección sexual ¿qué
persona será madre y qué persona será padre? ¿Habrá madres para dar a luz? o
¿las cambiaremos por unas máquinas mixtas, compuestas de padre y madre
fabricadas por los últimos adelantos de las ciencias para poder perpetuar la
especie, cosa ahora, según estos planes, en evidente peligro? Y continuará el
problema, porque esas nuevas parientes, quiero decir, paridoras, darán a luz
unos seres asexuales o asexuados o mejor varisexuantes o multisexsuantes lo que
significaría según nuestra semántica, con capacidad y posibilidad de elegir sexo. Astarté nos asista.
Con tanta y tan insistente y
demagógica por añadir un adjetivo, defensa del género femenino, todas estas
ocurrencias parece que van a traer como consecuencia su extinción y,
naturalmente, también la del otro, el masculino, portador, según estos nuevos
representantes de la biología más avanzada, de todos los defectos y maldades
terriblemente nocivos y perniciosos desde los albores de la civilización.
Y si estos nuevos modos siguen
avanzando ¿por qué no imaginar que llegará un momento en que podamos elegir la
especie? Lástima que esto va a llegar tan tarde pues a mí me hubiese gustado
ser un león africano, melenado o melenudo y fiero o, por ir al otro extremo, un
grácil y colorido colibrí ermitaño golirrayado de Guatemala.
Desde luego, difícil nos va a
resultar digerir tanta ocurrencia de este tenor o parecido, pues lo dicho
anteriormente representa solo una muestra de lo que tanta mente dispuesta a
lucirse podrá ser capaz de discurrir con su fantástica imaginación suelta,
libre o mediopensionista.
Y no
terminaré sin repetir lo que declaraba al principio: a los ciudadanos de a pie,
la sobreabundancia de dirigentes colmados de tan dudosas como inútiles
acreditaciones, junto con sus brillantes ideas, nos está costando un precio
excesivo.
Francisco
Alonso-Graña del Valle
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