sábado, 4 de abril de 2020

¿De qué Europa hablamos?



¿Se acuerdan de aquello de “¡Ya somos europeos!” de la época del felipismo? Seguro que sí. Incluso había gente que hablaba de los Estados Unidos de Europa, cuando la realidad era, y es, que sigue habiendo fronteras por mor de nacionalismos y separatismos.

El genial Albert Einstein escribía hace noventa años “El mundo como yo lo veo”, Ediciones Brontes S.L. 2011, 158 páginas, incluida “FONTANA. Títulos de la colección”, que es una antología de su pensamiento como científico y humanista. En la página 72 se lee:

“Observaciones sobre la situación actual de Europa”

“La situación política del mundo y en especial de Europa se me presenta caracterizada por un notable retraso en los hechos y en ideas respecto a lo económico, que por su parte se ha solventado con muchísima rapidez. Los intereses de los Estados deberían subordinarse a los intereses de una mayoría que se ha vuelto muy extensa. La lucha por orientar el pensamiento político en ese sentido es difícil, pues deben superarse tradiciones seculares. Pero de su feliz logro depende la suerte de Europa, su existencia. Mi convicción segura es que una vez superados los obstáculos psicológicos la resolución del problema real no será tampoco difícil. Conseguir la atmósfera idónea será la labor de todos los que creemos en esto ¡Ojalá que los esfuerzos de todos juntos puedan contribuir a la construcción de un puente de confianza en los pueblos!”.

Evidentemente habrá que preguntar a la casta política si cree en la labor de “todos juntos”, o si cree también en que “los esfuerzos de todos juntos puedan contribuir a la construcción . . .” Nosotros pensamos que no cree en esto y en otras muchas cosas más. Veamos.

¿De qué Europa hablamos, cuando la corrupción de sujetos y “sujetas”, algunos de ellos pertenecientes a eso que llaman “casa real”, miembros y “miembras” de partidos políticos, que campan por sus respetos, sin que la Justicia caiga implacablemente sobre ellos y sin que los gobiernos de turno no hagan nada?

¿De qué Europa hablamos cuando en un país miembro, como es España, en algunas de sus regiones se prohíbe el idioma español en las escuelas y en todos los “mass-media”, a la vez que se inculca al “pueblo soberano” odio, inquina y resentimiento contra todo lo que signifique España?

¿De qué Europa hablamos cuando en un país miembro, como España, se permita a ciertos jefecillos de ese entramado que se denomina autonomías, tener “embajadas” por medio mundo, con la consiguiente sangría económica que esto supone?

¿De qué Europa hablamos, cuando en un país miembro, como España, una valiente juez que desenmascara todas las tramas de corrupción de partidos y sindicatos, es automáticamente linchada mediáticamente y a lo mejor de otra forma?


¿De qué Europa hablamos, cuando en un país miembro como España, no hay unión ni igualdad entre sus habitantes por mor de esos 17 reinos taifas que, entre otras cosas, están arruinando a la Patria?

Y ya en el asunto del coronavirus ¡para qué vamos a hablar! Esta pandemia está demostrando que la Unión Europea no es tal, sino un montaje artificial que se hizo en su día por mor de aquello de la “Europa del bienestar” y de que “Europa es la solución”. Paparrucha tras paparrucha. No hay unidad política por mucho que quieran decirnos lo contrario. Las discrepancias, las divergencias, los resentimientos, los rencores, los enfrentamientos, las pugnas, los reproches, etc, etc, están a la orden del día por el asunto del coronavirus.

Por poner un ejemplo sobre esto que decimos, hace unos días, y como recordarán, los representantes de los gobiernos de Italia y España abandonaron la mesa de negociación por culpa de negarse Holanda y Alemania al asunto de los “coronabonos”, que supondría una ayuda para los países que estuviesen en peor situación por motivo del virus.

En fin, visto lo visto, ¿dónde demonios están la “Europa del bienestar” y la de la “Solución?



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