La prensa impresa, que muchas
veces se autodefine como independiente, no se da cuenta de que, con la
aparición de blogs, bitácoras, e incluso con páginas webs modestas, pueden
meterla en un aprieto y dar al traste con su negocio.
A pesar de que la prensa en España, salvo honrosas excepciones, ya sabemos en manos de quien está, la aparición de la información digital está dando a conocer a muchas personas que, sin estar “consagradas” ni doctoradas en lo políticamente correcto, están haciendo temblar a los columnistas e informadores que presumen de estar “informados”.
Esta información digital está llegando a tal fin, que las noticias ya no están “centralizadas” en agencias y “vigiladas” por la redacción. En este tipo de información, cabe todo el mundo y dicha información va de un extremo al otro del orbe a través de la red, intercambiando noticias, artículos, comentarios, fotografías, vídeos, ideas, etc.
Pensemos también que, gracias a la información digital, la libertad de expresión y la libre opinión, ya no están en manos de directores, jerarquizados algunos, sino en manos de algunos pobres “ninguneados” que, en bata y en pijama, están al quite para informar, por mucho que se les vete y se silencien sus escritos.
Y seguiremos luchando contra la mentira arraigada, institucionalizada y entronizada en los templos de lo políticamente correcto; contra la estupidez y la ineptitud, permitidas ambas, por mor de la libertad de expresión y de opinión y contra la hipocresía, el engaño y el embeleco que campan por sus respetos sin que se les ponga ninguna cortapisa.
Seguiremos también luchando contra bellacos, malandrines y folloneros, para que no se cumpla aquello que decía Demócrates:
“Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo,
y los buenos de burla”, que es lo que
desgraciadamente está ocurriendo en estos momentos en España.
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